viernes, 8 de enero de 2010

NAVIDAD (y V)

A modo de conclusión final

Aunque hasta San Antón pascuas son, con la Epifanía se puede dar por concluida la navidad, salvo para los ortodoxos, que es cuando realmente celebran el nacimiento de Jesús. Son una de las festividades religiosas que más calado tienen entre la población. Unas fiestas en la que todo el mundo tiene algo que celebrar, sea creyente o no lo sea. Sin embargo, a medida que pasan los años, el carácter religioso que siempre la ha impregnado se va perdiendo, dando paso a unos días festivos, no ya laicos, sino casi profanos, donde no sólo no se quiere celebrar algo sagrado, sino que no se muestra el respeto debido a las cosas sagradas (definición de profano).

Queremos celebrar la navidad, pero lo hacemos a modo de una noche de jueves, viernes o sábado cualquiera de cualquier mes: botellones, comilonas, trifulcas nocturnas, vandalismo callejero, etc. Atrás quedan las misas del gallo, los villancicos populares, espontáneos y callejeros, el compartir fruta de horno con vecinos y familiares, el aguinaldo. Estas fechas se convierten en unas vacaciones invernales para “descansar de la rutina”.

Hay un sector emergente de la sociedad que pide reiteradamente un estado laico, tal y como lo dice la Constitución. Aboga por la laicidad y la aconfesionalidad del Estado y, por ende, de la sociedad. Pero en estas fechas, ese deseado estado laico no hace sino convertir estas entrañables fechas en algo rutinario, generalista, vacacional al fin y al cabo, creándonos la necesidad de descansar de todo el otoño trabajado.

La sociedad, en su imparable avance pero sin una meta clara en el horizonte, está terminando con estas tradiciones y, en este punto, todos somos culpables. Los unos, los cristianos y católicos, por no mantener el espíritu navideño con toda su pureza y significado, y los otros, los laicistas, por querer cambiar por cambiar, sin ser conscientes de las consecuencias que esto puede acarrear. En definitiva, todos nos estamos cargando la navidad, que, como dice el dicho popular, “entre todos la mataban y ella solita se murió”.

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