sábado, 2 de enero de 2010

EL RÍO QUE NOS ... VIENE

Los más antiguos del lugar dicen no haberlo visto con tanta agua. Ha venido el río, como se dice en Torralba, y viene con ganas y con fuerza, como debe ser. Hacía trece años que no lo hacía y bastanticos más que no lo hacía con tanto ánimo.

La lluvias que se vienen produciendo desde mediados de mes han provocado que los ríos se desborden y, por ende, el Pellejero corra como nunca antes lo había hecho. Todo un espectáculo gratis e inesperado para estas fechas ¿entrañables?, aunque hay algunos que bromean diciendo que no ha llovido tanto para todo este espectáculo que se está formando; quizás lleve razón, pero los hechos hablan por sí solos.
Pero todo no va a ser bonito. Ahora viene la segunda parte politico-administrativa-socioagrícola: la declaración de zona castrófica por parte de los responsables políticos. Las inundaciones han provocado la pérdida de muchas cosechas, cosechas que estaban en el cauce de ríos y éstos las han absorvido. Los agricultores y constructores se han aprovechado de los cauces de ríos y manantiales para sembrar y edificar, como no, en beneficio propio, todo ello con el beneplacito de la administración correspondiente. Se han estado lucrando con unos terrenos que no les correpondía al ellos, sino al río. Ahora que hay crecidas y desbordamientos (el río se enfada), las cosechas y las casas estan llenas de agua y las pérdidas serán cuantiosas. Las ayudas para todas esas pérdidas deberán de salir del bolsillo de los de siempre, volviendo a lucrar a los mismos que antes lo habían hecho, pero ahora de una forma legal, con lo que la administración reconoce esos terrenos como propios de esa gente, cuando todos sabemos que no es así, que lo hicieron a hurtadillas, premeditación, alevosía y nocturnidad.

El río siempre lleva sus escrituras por delante y las personas no empeñamos en quererselas quitar. Ahora, nos toca a los demás pagar la cabezonería de unos pocos que se han lucrado sin permiso, ni del río, ni de nadie. Además, quieren más.

Pero dejémonos de sentimiento impotentes y disfrutemos de la realidad. Tiempo habrá para lo demás.

Las imágenes hablan por sí solas. Difrutémoslas.
Parque fluvial del polígono

Fuerza del Pellejero

... y lo mejor de todo: intrépidos navegantes que no sé si verán en otra. Imágenes muy divertidas que no reflejan, ni de lejos, el buen rato que nos hicieron pasar estos torralbeños a los que tuvimos la suerte de asistir a las botaduras de sus yates, no sin antes caer en sus frías aguas con las consiguientes carcajadas y apoyo de los asistentes, alentándoles en su empecinamiento y convicción de que ésta era una oportúnidad única.
Robinsones Crusoe torralbeños viendo venir el chaparrón de agua que les iba a caer en unos momentos. Los mismos Robinsoes momentos después de lograr la botadura de su yate

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