tag:blogger.com,1999:blog-69938390892488247282024-03-13T17:13:56.497+01:00deegosumBlog personal con un poco de todoSalomon Templetonhttp://www.blogger.com/profile/07032593806215388449noreply@blogger.comBlogger5125tag:blogger.com,1999:blog-6993839089248824728.post-41935991717393841902021-03-30T06:38:00.023+02:002021-03-30T06:40:40.947+02:00DON INO Y LA SECULARIZACIÓN DE LA SEMANA SANTA<p style="text-align: center;"> </p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg0thYxiRvudoHNLVQ7zcmp8OnjdycffcBiekDUnxdCrUHsIj-SGXTku9C1NcxCl6HCbyd47KtwTZ2CljnxMP8rHtM-w7DB0rC0ngl8qo00u1fbqU6bQVdWaE6J-5j8RxjWEFQtE9d0rQmS/s2048/LOGOTIPO_INOCENTE_HERVAS_TORRALBA+2.JPG" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="2048" data-original-width="2037" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg0thYxiRvudoHNLVQ7zcmp8OnjdycffcBiekDUnxdCrUHsIj-SGXTku9C1NcxCl6HCbyd47KtwTZ2CljnxMP8rHtM-w7DB0rC0ngl8qo00u1fbqU6bQVdWaE6J-5j8RxjWEFQtE9d0rQmS/s320/LOGOTIPO_INOCENTE_HERVAS_TORRALBA+2.JPG" /></a></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br /></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;"><p class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Book Antiqua","serif"; mso-ansi-language: ES-TRAD;">Ilustrísimas
y reverendísimas fuerzas vivas todas que pululáis por este templo de la
sabiduría y el conocimiento, que os decantáis por textos ensalzadores del dios
Hipnos en vez de disfrutar de imágenes poderosas, edificantes y dignas de toda
loa sobre el ser humano y sus formas y maneras de ser aún mejores personas de
lo que ya lo son (¡el que lo sea o quiera ser!), autoridades domésticas y de
“andar por casa”, hermanos mayores, medianos y pequeños. Hermanos todos: hoy es
un buen día pandémico, vírico y con “el moco tendío” para sermonear uno, oír
todos y escuchar pocos o ninguno, y continuar con nuestra tan querida,
controvertida y, a veces, problemática Semana Santa.</span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Book Antiqua","serif"; mso-ansi-language: ES-TRAD;">En
este nuevo pseudopanegírico me gustaría hacer alusión a una situación que comenzó
a ir tomando cuerpo y forma hace ya unos cuantos años, y que en la actualidad
está muy implantada en nuestra sociedad, incluida la parte o faceta religiosa,
cristiana y católica, por supuesto. Me estoy refiriendo concretamente a la
secularización de la Semana Santa, al laicismo de la misma, a su separación de
cualquier confesión religiosa, cristiana y católica en este caso. Si la Semana
Santa conmemora la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesús entre nosotros, su
tránsito desde este mundo hacia su Padre, hacia Dios, ¿qué ha podido suceder
para que esa dimensión totalmente cristiana pueda haberse convertido de una
dimensión cuasi profana? ¿Qué ha ocurrido o cambiado en nuestra sociedad para
que se pueda haber producido ese cambio tan radical, opuesto y profundo?</span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Book Antiqua","serif"; mso-ansi-language: ES-TRAD;">Antes
de tratar de dar una respuesta a esas preguntas deberíamos analizar qué ha
ocurrido realmente en nuestra sociedad para que se haya podido producir ese
cambio tan radical. Ese análisis, para que pueda tener algo de valor y pueda
ser la puerta de entrada a la razón de la desacralización de la Semana Santa,
debe ser claro y, sobre todo, verídico y realista, sin paños calientes, sin
tapujos, llamándole al pan pan, y el vino vino. Un análisis en el que nos
veamos todos reflejados, en el que estemos todos incluidos y con el cual se nos
incite a realizar un acto de contrición por ser creadores y partícipes activos
de esta nueva sociedad.</span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Book Antiqua","serif"; mso-ansi-language: ES-TRAD;">Como
todos sabemos, el proceso globalizador al que está sometido en la actualidad el
orbe mundial ha cambiado totalmente la perspectiva de la sociedad y, por ende,
del hombre, del ser humano. A ese cambio tan brutal no podía ponerse de perfil
la sociedad española, contagiándose del mismo e incluso extrapolándolo a su
faceta más íntima y personal como es la religiosa en este caso.</span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Book Antiqua","serif"; mso-ansi-language: ES-TRAD;">Actualmente,
nuestra sociedad es una sociedad sin identidad, cuyo ritmo cotidiano desborda
inconsistencia del ser. Se vive en una constante y perpetua individualización
colectiva, en una estetización de la realidad, fugacidad del disfrute, con
relaciones personales inconsistentes, con pasión y fervor exagerados, y con una
moral espontánea permisiva y autolegitimante. El ser humano vive y se orienta
exclusivamente por lo inmediato, lo pragmático, lo empírico, y suele acabar
buscando un horizonte finito y superficial, un estado dionisíaco que le permita
su emancipación y le otorgue una identidad propia en una oscuridad y
tenebrosidad vital, donde no quiere fundamentos absolutos, donde el principio
unificador de todo es encontrar la profundidad de la vida, entendida ésta como
un renovado “carpe diem” o “collige vigorosas”, antes de que la vida se
marchite. Se vive en el permanente cambio, en la permanente movilidad, lo que
acarrea una desvirtualización general de la persona.</span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Book Antiqua","serif"; mso-ansi-language: ES-TRAD;">Esa
alteración de la verdadera naturaleza del ser humano afecta también a la faceta
religiosa, la cual se ve alterada ante la propuesta de una desclerialización de
la misma, buscando una religión que no moleste, que haga estar bien a uno
mismo, que garantice el confort aunque sea un coladero de injusticias y éticas
deshumanizantes. El relativismo y la privatización de la religión puede generar
una religiosidad-humanidad-sociedad babélica que, lejos de ser tolerante e
integradora, puede acabar en división, exclusión y conflicto. Ese fenómeno
secularizador actual y contemporáneo trata de acabar con los restos
confesionales que impregnan el terreno social.</span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: center; text-indent: 35.4pt;"></p><div style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhGDwyt32TcoQdOiq5ogwsbTAqaDVOLTyKXeWxqe3E387EnvpxC6xTpXkbx_3sfCL9H7Qsk5nXeyMFgb4vMIZsoORn2I-JSZpJM-ar7WXQBofH-xEy0xUAOdqsfMoC0ruq5i1mwhE2UBLqb/s683/SONRIE+NAZARENO.jpg" imageanchor="1"><img border="0" data-original-height="378" data-original-width="683" height="221" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhGDwyt32TcoQdOiq5ogwsbTAqaDVOLTyKXeWxqe3E387EnvpxC6xTpXkbx_3sfCL9H7Qsk5nXeyMFgb4vMIZsoORn2I-JSZpJM-ar7WXQBofH-xEy0xUAOdqsfMoC0ruq5i1mwhE2UBLqb/w400-h221/SONRIE+NAZARENO.jpg" width="400" /></a></div><p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;"><span style="font-family: "Book Antiqua","serif";">Fiestas que antes estructuraban la
vida de la sociedad han pasado a paganizarse o descristianizarse. Emergen
Halloween y el Carnaval con más fuerza que nunca; la Navidad pasa a
descristianizarse. Los nombres de los santos siguen existiendo, pero sólo para
identificar fiestas locales importantes; las fiestas patronales no buscan
honrar a nadie. Festividades religiosas apreciadas por la tradición popular son
sustituidas por manifestaciones folclóricas de gran sugestión, hasta el punto
de reducirlas a un mero acto sociocultural, disociando el aspecto lúdico del
espiritual. Los momentos religiosos se han ido exteriorizando en múltiples
tradiciones festivas que han reutilizado costumbres precedentes de tradiciones
diferentes, queriendo enseñar al mismo tiempo a ir alternando el trabajo con el
descanso para así podernos recuperar física y espiritualmente. La consigna es
no entorpecer el ritmo laboral de la sociedad: Corpus Christie o la Ascensión
han sido trasladadas al domingo siguiente, al igual que la mayoría de las
fiestas patronales. Se ha pasado de un universo mental sacralizado a una
sociedad secularizada, a un cristianismo desinstitucionalizado que busca fluir
por otros itinerarios más significativos de la vida real y de la experiencia
cotidiana.</span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;"><span style="font-family: "Book Antiqua","serif";">Las iglesias han sido apartadas de
la experiencia religiosa de nuestra sociedad. Los espacios tradicionalmente
cristianos han dejado de ser significativos para el creyente actual. Entrar en
una iglesia, celebrar la liturgia del santo patrón del lugar no provocan
ninguna reacción cristiana, sino más bien indiferencia e incluso paganismo. Los
recintos y tiempos de nuestra tradición han dejado de estructurar la vida de
los bautizados, no aportando ni principio de identidad ni de sentido. Son más
bien otros recintos con diferentes sentidos del tiempo los que nos uniforman y
aportan experiencia humano-religiosa en la actualidad. Parques y calles,
grandes superficies comerciales, estadios de fútbol, gimnasios, las calles de
las procesiones, los senderos y caminos hacia la ermita de un santo, los
ensayos en parques o lugares parecidos se han convertido en lugares comunes
contemporáneos que aportan identidad y sirven de grandes templos de experiencia
personal nueva, lugares con camuflaje neopagano.</span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;"><span style="font-family: "Book Antiqua","serif";">La actual religiosidad profana
incorpora otro sentido del tiempo, aportando ritos y prácticas que, en
definitiva, acaban aportando a la persona otra perspectiva de la vida y otro
dios al que adorar. El acontecimiento pascual es sustituido por la
“resurrección” del cuerpo, a quién realmente hay que adorar y por el que sí
merece la pena ayunar, incluso sometiéndolo a ascesis mayores que las absurdas
penitencias cristianas. Los mismos que no entienden, critican y se mofan de la
abstinencia cristiana de los viernes cuaresmales, recaen en una ascética
exagerada y perjudicial para la salud: dietas extremas, ingestión de fármacos,
operaciones de alto riesgo, etc. Tienen claro por qué dios se está dispuesto a
sufrir o qué sacrificar, aunque, paradójicamente, ante la increencia de un dios
que los puede salvar, no obstante ponen una vela a la Virgen por lo que pueda
pasar, teniendo conciencia (a veces invencible) de no haber hecho nada malo,
nada “ofensivo” a Dios, pero solicitan la absolución que les salve.</span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;"><span style="font-family: "Book Antiqua","serif";">El proceso globalizador y la
creciente secularización han provocado una desalentadora y destructiva
reducción de acontecimientos rituales y solemnidades a una simple atracción
turística, permitiendo la pérdida del específico sentido de lo sacro, ignorando
los aspectos a los que remiten cada uno de los elementos simbólicos presentes
en esta celebración. La creciente explotación turística que en la actualidad se
está haciendo de la Semana Santa está influyendo negativamente en la
conservación de sus tradiciones. No son infrecuentes las llamadas de atención
hacia estas realidades, e incluso su repercusión en la opinión pública. El
complejo festivo ritual configurado por la Semana Santa en España en la
actualidad ha sobredimensionado determinadas realidades y provocado
cuantitativas transformaciones debido a esa conversión en explotación y
atracción turística, todo ello bajo el influjo del “modelo procesional andaluz”,
con su lujuria sensorial, estética barroca y sus piropos a las bellas tallas de
las vírgenes. Mientras que la sociedad es más laica y el sentido vacacional de
la fecha se va imponiendo sobre el litúrgico, de forma aparentemente
contradictoria se experimenta un auge de la participación activa en las
procesiones, aumentando el número de cofradías y penitentes, y las riquezas de
pasos o tronos que sustentan las imágenes.</span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: center; text-indent: 35.4pt;"></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgBB1vBN5RP-S4fGfD853VTQ8eIoGUJJ0WFPyh0piBgYP-ksn6R5b3YxnS8glYj1paKCcrPFBz110VyvRlaED9H2ZnuVaIrMFcNekxQIOZE0ty0M-KkUDQE_4CmV79EOWwsgc9duhPngzTc/s478/SOMBRA+NAZARENO.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="452" data-original-width="478" height="379" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgBB1vBN5RP-S4fGfD853VTQ8eIoGUJJ0WFPyh0piBgYP-ksn6R5b3YxnS8glYj1paKCcrPFBz110VyvRlaED9H2ZnuVaIrMFcNekxQIOZE0ty0M-KkUDQE_4CmV79EOWwsgc9duhPngzTc/w400-h379/SOMBRA+NAZARENO.jpg" width="400" /></a></div><p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;"><span style="font-family: "Book Antiqua","serif";">La desacralización y
desvirtualización propuestas por el hombre moderno han alterado el contenido de
su vida espiritual, pero no han roto las generatrices principales de su
imaginación. Un inmenso residuo mitológico perdura en él, generando la
necesidad de creer en algo, la necesidad de mantenerse en contacto con una
fuerza superior cuya presencia pueda ser invocada, aplacada o desafiada, y que,
si las respuestas humanas son apropiadas, puedan influir en sus vidas. Es muy
raro y tremendamente difícil no sostener absolutamente nada ni ninguna opinión
personal acerca de lo que subyace a la existencia del hombre. Por naturaleza,
toda persona tiende, por alguna mediación, a intervenir de algún modo en el
curso de su destino de vivientes y mortales para satisfacer sus esperanzas y
colmar sus temores. Demanda algo que realmente le aporte identidad de individuo
y de grupo para desenvolverse en una sociedad cuyo ritmo cotidiano desborda en
fragmentación, sin sentido, relativismo e inconsistencia del ser.</span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Book Antiqua","serif";"> En respuesta a su petición, propone
ese cristianismo desclerializado y desinstitucionalizado al que se viene
aludiendo, un cristianismo que le haga fluir por otros itinerarios más
significativos de la vida real y de la experiencia cotidiana, reformando
tradiciones pero, sobre todo, abriendo horizontes alternativos y novedosos que
le sumerjan en el mundo de lo afectivo-emocional con pequeñas degustaciones o
libaciones de amistad, fraternidad, cariño y, ¡cómo no!, de fiesta. Estaríamos,
por tanto, asistiendo al nacimiento de un nuevo cristianismo, de una nueva
religiosidad popular que trataría de manifestarse a través de la dimensión
cultural y/o folclórica que, a su vez, tanto tiene que ver con las dimensiones
estéticas y bellas.</span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;"><span style="font-family: "Book Antiqua","serif";">Los ritos y los mitos que han dado
forma, saber y sabor a las tradiciones religiosas, quieren ser reutilizados en
múltiples manifestaciones folclóricas de gran sugestión popular y personal. Se
trata de superponer lo sagrado y lo profano, no ya como oposición entre ambas
opciones, sino como complementación, del mismo modo que en la existencia humana
conviven el bien y el mal, la gracia y el pecado, la alegría y el dolor, o el
trigo y la cizaña, ya en lenguaje más evangélico y simbólico.</span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;"><span style="font-family: "Book Antiqua","serif";">Pero mientras ese nuevo nacimiento
va tomando forma en la placenta social y personal de cada uno, ese residuo
mitológico aún mal controlado los arrastra involuntaria e inconscientemente
hasta ponerlos frente a frente ante Dios.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: center; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-family: "Book Antiqua","serif";"></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgVPYTt7R6wMwFlj8PjXDhqvf0vEyEHsMCf9EN1kHRIjf9A1PSm_xppagIRlhqYPEYgRr9TDSjEC2T-bneb9L0IEQz1PQum5OekZtyF2LXqcbfuPIuMuS5IuCoFE7C-mBeNZxM8ymOC8oiT/s571/MUERTO+SALVAR+TURISMO.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="402" data-original-width="571" height="281" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgVPYTt7R6wMwFlj8PjXDhqvf0vEyEHsMCf9EN1kHRIjf9A1PSm_xppagIRlhqYPEYgRr9TDSjEC2T-bneb9L0IEQz1PQum5OekZtyF2LXqcbfuPIuMuS5IuCoFE7C-mBeNZxM8ymOC8oiT/w400-h281/MUERTO+SALVAR+TURISMO.jpg" width="400" /></a></div><br /> <p></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Book Antiqua","serif";"> </span></p></div><br /><p></p>Salomon Templetonhttp://www.blogger.com/profile/07032593806215388449noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6993839089248824728.post-91363474875577075752018-08-22T21:55:00.001+02:002018-08-22T21:55:11.051+02:00AGOSTO MALO<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: black;"><span style="font-family: inherit;"> Cada año se vuelve a repetir, y cada año me lo vuelvo a preguntar:
¿cómo un país se puede paralizar tan desastrosamente porque estemos en el mes
de agosto? ¿Cómo un país se puede quedar prácticamente sin servicios básicos
durante todo un mes porque estemos en el mes de agosto y estemos de vacaciones?
¿No hay nadie que pueda aportar un poco de cordura y sensatez a esta situación
dantesca y poner unos límites a la sangría vacacional que se produce durante el
mes de agosto?<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: black;"><span style="font-family: inherit;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>“No puede hacer esto
porque estamos en agosto”; “no puedo hacer aquello porque estamos en agosto”; “estamos
en agosto, ya sabes, todo va muy despacio, hay menos personal, no se trabaja
por la tarde”, son frases típicas que todo el mundo profesional cacarea en las
cuatro esquinas durante todo el mes de agosto como forma de justificar su poca
o ninguna actividad profesional y ganas de trabajar. Ponen de manifiesto la
cada vez más demostrada picaresca española, propia de este país de pandereta y
fútbol (ahora hay menos toros) y exportada a los países mediterráneos, del Mare
Nostrum, de nuestro mar.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: black;"><span style="font-family: inherit;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>Si esa picaresca se
pone de manifiesto en todo su esplendor y gloria entre trabajadores autónomos y
no autónomos, de cuenta propia y cuenta ajena, mucho más se manifiesta entre
colectivos de profesionales que realizan durante todo el año una función
preventiva y, llamémosla, cuidadora de toda la ciudadanía. Me refiero a
colectivos como médicos, fuerzas y cuerpos de seguridad del estado, bomberos,
juristas, etc., colectivos que, si ellos fallan o faltan, una parte importante
de la sociedad se queda desamparada, sin protección, dejada a la buena mano de
Dios.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: black;"><span style="font-family: inherit;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>Agosto, verano, vacaciones,
riesgo extremo de incendios. Bomberos de vacaciones. ¿A quién llamamos para
apagar un fuego declarado en un parque forestal o en la montaña? ¿Lo apaga la ciudadanía
a base de cubos de agua? ¿A soplos? <o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: black;"><span style="font-family: inherit;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>Agosto, verano,
vacaciones, turistas y mucha población de vacaciones. Policía Nacional, Policía
Local y Guardia Civil de vacaciones. ¿Quién vela por la seguridad de todas
estas personas que han venido de fuera de nuestro país y de las personas que
están de vacaciones y las que se han quedado sin ellas? ¿Quién nos protege de
atracos, robos, peleas, atentados o de cualquier otro delito que la mala
gentuza cometa contra nosotros? ¿Tratamos de convencer a esta gentuza que no
hagan nada, que sean buenos y si no quieren serlo que no hagan nada y se
esperen a que vuelvan estos funcionarios de vacaciones para seguir
delinquiendo? ¿De verdad queremos que se produzca esta situación grotesca más
propia de los hermanos Marx que de una sociedad moderna y civilizada?<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: black;"><span style="font-family: inherit;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>Agosto, verano, vacaciones,
enfermos en hospitales y enfermedad sobrevenida por motivos y causas ajenas a
las personas. Médicos de vacaciones, centros de salud cerrados y hospitales
funcionando a medio gas, incluido el servicio de urgencias. ¿Quién tiene que
curar a las personas que están enfermas o que enferman? ¿Quién tiene que
atender un caso urgente de accidente o enfermedad grave? Si urgencias trabaja a
medio gas, ¿la gente que llega con una dolencia urgente en la que la rapidez y
el tiempo de asistencia son vitales para su supervivencia y curación tiene que
sufrir o morir por falta de personal sanitario? ¿Un paciente ingresado en un
centro hospitalario tiene que permanecer más tiempo en él por falta de personal
sanitario con todo lo que ello supone para el paciente, familiares y erario público?
Lo que hay que hacer es decirle a la gente que no enferme, ¿verdad?<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: black;"><span style="font-family: inherit;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>Agosto, verano,
vacaciones. Jueces de vacaciones y juicios anulados o retrasados, reos
penitenciarios en prisión a la espera de un juicio para una posible liberación
o absolución. ¿Deben permanecer más tiempo en la cárcel porque no hay quién los
juzgue o revise su caso? ¿Reos culpabilísimos quedando libres por falta de
personal de la judicatura porque no hay quién firme su permanencia en la cárcel?
¿Se cierra el círculo con el caso de las fuerzas y cuerpos de seguridad del
estado de vacaciones y gentuza en la calle dispuestos a cometer delitos contra
la cantidad de ciudadanos que hay en la calle, pues los delincuentes saben que
no hay quién los detenga porque están de vacaciones?<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: black;"><span style="font-family: inherit;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>Todo el mundo tiene
derecho a unas merecidas vacaciones y descanso de nuestra actividad profesional
y cotidiana, además de pasar mucho más tiempo con la familia, pero hay
determinados colectivos a los que esas vacaciones deben estar mejor reguladas. Son
colectivos tan importantes en la vida de las personas y de la sociedad que una
mínima falta de personal provoca todo un caos social la mayoría de las veces,
por no decir en todas. No se trata de las vacaciones ni que las
disfruten cuando algún politicucho iluminado así lo decida. Se trata de
legislar una regulación de común acuerdo entre todos esos colectivos que
permita no perjudicar a la sociedad a la vez de no pisotear su derecho a sus
merecidas vacaciones. ¿Es eso tan difícil de entender? ¿Es eso tan difícil de
conseguir? Aunque antes de todo esto, creo que sería más sincero, real y útil
preguntarnos si de verdad queremos cambiar la forma de vida de la sociedad
española durante el mes de agosto. Preguntarnos si queremos cambiar aquello o
queremos seguir como estamos y mantener nuestra perjudicial comodidad veraniega
y agostera. Hoy día se piensa: “… nosotros estamos bien así; ¿los demás? … ¡Los
demás que esperen!”.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: black;"><span style="font-family: inherit;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>El mes de agosto,
cada año, hace el mismo daño. Nadie quiere cambiar. Nadie quiere que esto cambie.
La comodidad es lo primero y principal; los demás vienen después, pero mucho
después. “Yo estoy haciendo mi agosto; los que no lo hagan es su problema. ¡Que
se apañen ellos solos! ¡Dios le ampare, imbécil!”, solemos pensar en nuestra
intimidad.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: black;"><span style="font-family: inherit;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>Agosto malo, espero
no tener que acordarme de ti, no de quién tanto te quiere. ¡Ojala se acuerden
ellos! Entonces todo comenzaría a cambiar, tarde, con el daño hecho, pero al
menos, cambiaría.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: black;"><span style="font-family: inherit;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>Una vez más se ha
tenido que producir el daño irreparable para cambiar. Bienvenido al cambio.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: black;"><span style="font-family: inherit;"> Agosto malo. Malo es
agosto.</span><span style="font-family: Bookman Old Style, serif;"><o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<br />Salomon Templetonhttp://www.blogger.com/profile/07032593806215388449noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6993839089248824728.post-42408043590651366042018-08-13T21:35:00.002+02:002018-08-13T21:35:57.034+02:00UN LUGAR LLAMADO CASA RURAL<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES"><span style="font-family: inherit;"> Tiempo de ocio y asueto. Vacaciones.
Puentes y acueductos. Reuniones familiares, amorosas y besuconas al principio,
abroncadas y a hostias al final. Convenciones empresariales. Aniversarios
varios y demás familia. Nochesbuenas, malas y regulares. Fines de año y Reyes
Magos. Cualquier reunión interesada se desarrolla hoy día en el novedoso
alojamiento de una Casa Rural. Cualquier reunión que se precie de estar al día
en la moda hostelera celebrará su asamblea en una casa rural, allá, lejos del
mundanal ruido, donde San Pedro perdió la garrota, donde cuesta encontrarla
hasta a sus propios dueños (no digamos a sus eventuales ocupantes, que tomtones
en mano se pierden más que una cabra en un garaje, y gastan horas y días de su
hipotética estancia en, encontrase primero ellos mismos, y la casa rural
después). Pero, ¡qué más da! Vamos a una casa rural, que es lo que se lleva
ahora. Vamos al contacto con la naturaleza, con los animalitos, con las aves,
con los ríos, con los senderos. Dejamos por unos días el quehacer diario de
barrer, fregar, comprar y cocinar en nuestras casas, para barrer, fregar,
comprar y cocinar en contacto con la naturaleza. ¡No es lo mismo! En contacto
con la naturaleza todo es más llevadero. El contacto con la naturaleza
naturaliza la naturalidad diaria. La pesadez del día a día se naturaliza,
consigue que sea algo natural.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES"><span style="font-family: inherit;"> Es
natural llegar a nuestro destino rural y que el dueño del mismo, ¡zas!, nos
encasquete una boina de propaganda a modo de recibimiento de bienvenida a su
humilde morada. Con el cubrepelo negro zaíno enroscado hasta las cejas cual
montera de maestro torero, podemos acceder gratuitamente y utilizar todas las
comodidades que nos ofrecen las estancias de tan preciado palacio natural:
salón-comedor, cocina, alacena, alcoba, corral, establos, gallinero, palomar,
urdilla, redil, huerto ecológico, etc.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<span lang="ES"><span style="font-family: inherit;">Realizado y
terminado el postureo de acojida, pasamos a nuestros humildes aposentos donde
la frugalidad de mobiliario nos recuerda las pocas pertenencias materiales y
terrenales que se necesitan cuando el hombre entra en contacto con la
naturaleza. Una cama con colchón de lana, para mullirlo todas las mañanas
después de levantarnos; una palangana y un jarro con agua para el aseo diario y
personal; un orinal debajo de la cama para apaciguar los estertores abdominales
y vegigales propios de nuestra biología; y unos recortes de periódicos de fecha
atrasada sujetos todos ellos por un cordelillo que pende de un clavo de cabeza
negra y oxidada martilleado a media pared entre cama y palangana. La utilidad
de esta biblioteca caduca se pone de manifiesto al término del apretón de
sobremesa, cuando, decorado abstractamente el interior del bacín, debemos asear
la válvula expulsatoria. Este acto fisiológico también podríamos llevarlo a
cabo en el corral rural, pero allí no hay biblioteca. Hay unos gallitos
americanos que, en cuanto encuclilleas, se te tiran a la cara en vez de
picotear lo sobrante. Comienza entonces una lucha hombre-animal digna de
cualquier combate entre gladiadores en la arena del coliseum, lo que provoca
que olvidemos el apretón y agudicemos todos nuestros sentidos en conseguir la
victoria en ese desigual combate. Con pantalones a media pierna y sujetos por ambas
manos, tendemos un puente de plata para abandonar el campo de combate antes que
la contienda empiece a caracterizarse por un derramamiento de sangre
innecesario.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<span lang="ES"><span style="font-family: inherit;">Las actividades a
realizar durante nuestra estancia en ese paradisíaco establecimiento rural son
inmensas y variopintas, todas ellas relacionadas con un constante y perenne
contacto con la naturaleza, como es natural. Llenar el pilón de agua para que
sacien su sed los peludos burritos que pastan tercamente en el corral del
caserío; esparcir pienso por dicho corral para alimentar a esos guerreros
americanos que tantos momentos sublimes nos han dado en nuestra aventura
fisiológica; regar árboles, arbustos, plantas y rosales, capullos incluidos,
con cubo negro de goma y agua extraída por tracción bracera del pozo que decora
el centro del patio enjalbegado de blanco y rodapié añil; barrer con escoba
corta de esparto las hojas secas del suelo caídas de la parra que atechumbra el
patio mientras de los cantos sube un olor a mosto caído de los racimos de uva
de teta de vaca con el que las avispas golosas, cuales enólogas avispadas, han
tratado de elaborar caldos rubios dignos de cualquier denominación de origen;
extraer de las ubres colgantes de las locas cabras el líquido de acompañamiento
del cafelillo matutino de adultos o del energético cacao infantil; recolectar
ingredientes hortelanos del huertecito ecológico para cocinar platos típicos de
la zona propios del mejor gastrobar estrellado; colgarse la cesta de mimbre en
el antebrazo que corresponda y tratar de llenarla con las poniendas que las
habitantes del gallinero han depositado en su correspondiente cama de paja.
Esta última actividad es recomendada realizarla con nuestros queridos hijos, para
que puedan conocer en persona y con vida esos trocitos de carne dorada que dan
vueltas en una especie de estufa vertical que hay en algunos bares y ferias y
que nosotros llamamos pollitos asados. En definitiva, actividades todas ellas
en pleno contacto con la naturaleza encaminadas a fortalecer ese binomio
hombre-tierra que tan descuidado está últimamente.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<span lang="ES"><span style="font-family: inherit;">Tras degustar el
menú típico de la zona con los productos extraídos de la tierra por nosotros
mismos y con otros que hemos traído de nuestra casa en porciones separadas y
guardadas en latillas de latón, pasamos a nuestros humildes aposentos para
echarnos la siesta según las normas consensuadas de la tradición española:
pijama, orinal y botijo, indumentaria y neceseres todos ellos que auguran un
sesteo de cinco minutos después de otros cinco minutos, repetido
escrupulosamente ese intervalo de tiempo treinta o cuarenta veces.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<span lang="ES"><span style="font-family: inherit;">Iniciamos la tarde
una vez terminada la sudorosa siesta y completada la ubicación actualizada, ya
que nos cuesta orientarnos en esta nueva fiesta tras la siesta.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<span lang="ES"><span style="font-family: inherit;">La piscina puede
ser una opción válida para pasar la tarde pero desechamos la idea por vulgar,
ya que este sitio es de todo menos vulgar. Hay piscinas en cualquier ciudad o pueblo
que se precie, pensamos, y siempre podremos bañarnos en ese charco cualquier
día durante el verano, incluso durante el invierno, si la piscina es cubierta
por una lona de plástico azul para que no caigan hojas secas e insectos muertos
y no se crie oba. No hemos venido hasta aquí para continuar vulgarizando
nuestra vida; somos gente de acción y nos gusta conocer cosas nuevas. Por ello,
optamos por dar un paseo por las inmediaciones de esa humilde morada. Nos
vendrá bien estirar las piernas y abrir los pulmones, mejor aún si lo hacemos
dentro de ese frondoso pinatar que rodea el señorial cortijo del que somos
dueños por unos días.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<span lang="ES"><span style="font-family: inherit;">Botar gordas,
calcetines blancos aún más gordos, pantalón corto, camiseta de tirantes, gorra
de lona y mochila a las costillas, iniciamos nuestro particular peregrinaje
espiritual por esa deseada y añorada campiña. ¡Qué bien huele a naturaleza! ¡Qué
chulada de paisaje! ¡Qué paseo tan gratificante! ¡Qué asco de moscas! ¡Qué
barbaridad de nidos de procesionaria! ¡Vámonos rápido de aquí, que como nos
pique una, vamos a ser todo roncha! ¡No vamos a tener manos para rascarnos! Corriendo
y huyendo a la vez, regresamos a la base de nuestro campamento antes de lo
programado; así nos lo aconsejan las vicisitudes acaecidas.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<span lang="ES"><span style="font-family: inherit;">Como aún tenemos
tarde antes de pasar a degustar una cena típica de la zona, decidimos arrancar
nuestro todo terreno para visitar el pueblo típico que da nombre al término
donde se ubica nuestro hotelito rural.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<span lang="ES"><span style="font-family: inherit;">Una interminable
nube baja de polvo es el reguero delatados de nuestro recorrido, a la vez que
anunciadora de nuestra llegada. Los parroquianos sentados en poyetes de piedra
a la entrada del pueblo son el comité de bienvenido, aunque por las miradas,
gestos y braceos de los mismos, no están muy de acuerdo con nuestra decisión y
nuestra visita.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<span lang="ES"><span style="font-family: inherit;">Aparcado el vehículo,
esperado el tiempo imprescindible de asentamiento de polvo en el mismo y
desahogados del caloruzo pasado por llevar las ventanillas subidas para que no
entrara polvo, comenzamos nuestra visita turística no sin antes cerciorarnos
que tenemos batería en el móvil para realizar las inmortales fotos
imprescindible, aunque allí no tenga cobertura telefónica.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<span lang="ES"><span style="font-family: inherit;">Calle que subo,
calle que bajo. Calle que cojo, calle que suelto. Cagarruta que piso, cagarruta
que limpio. Pose que pongo, foto que suelto. Trago de agua que echo, esquinazo
que meo. ¡Qué pueblo tan chachi! ¡Qué dolor de pies! ¡Qué cansera tengo! ¡Qué
ganas tengo de irme y de acostarme!<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<span lang="ES"><span style="font-family: inherit;">Es la segunda vez
en el día que corremos y huimos, esta vez para buscar y encontrar nuestro coche
y marcharnos a descansar de tan gratificante y vacacional día. Al pasar
nuevamente por delante del anterior comité de bienvenida, las sonrisillas socarronas,
por no decir carcajás y risotás, delatan que nuestra partida ha tardado más en
producirse de lo que ellos tenían programada. Con mano en alto y cabeza moviéndose
en nuestra dirección, el comité de despedida da por concluida la tarde y
levanta el campamento para dar por clausurado el día, a la espera de uno nuevo
y una nueva visita, visita que será recibida y despedida como Dios manda.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<br /></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<span lang="ES"><span style="font-family: inherit;">Llegados nuevamente
a nuestro querido destino vacacional, pasamos directamente a nuestros humildes
aposentos. Hoy no tenemos ganas de degustar una cena típica de la zona.
Queremos descansar, tumbarnos, descansar la vista y esperar a un nuevo día
vacacional en nuestro alojamiento rural. Mañana será otro día agradable y
reconfortable, a la vez que descansable. Aún así, ¡cómo me acuerdo de mi casa!
Allí, hasta el culo descansa. ¡Y todavía me quedan cuatro días de estar aquí!
¡No sé si lo podré aguantar! ¡Es la última vez que vengo a una casa rural!
¡Prefiero quedarme sin vacaciones! ¡Con lo bien que está uno en su casa en vez
de estar aquí pasando calamidades! En contacto con la naturaleza dicen, ¡sí! pero
pasando calamidades. Lo dicho, ¡no vuelvo ni atao! ¡Ni harto vino! ¡Mau, la
casa rural!</span><span style="font-family: Bookman Old Style, serif;"><o:p></o:p></span></span></div>
Salomon Templetonhttp://www.blogger.com/profile/07032593806215388449noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6993839089248824728.post-3843943561708648272018-08-01T17:23:00.000+02:002018-08-01T17:23:20.526+02:00UN PUEBLO LLAMADO CADUQUEZ DE RETROCEDILLO<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: black;"><span style="font-family: inherit;"> Hay pueblos, por llamarlos de alguna manera teniendo en cuenta que
tienen casas y calles, que se consideran algo más; incluso se autodenominan
noble ciudad, ¡ahí es nada!, cuando en realidad no pasan de poblados
despoblados, donde sus habitantes estás más tiempo fuera de él que dentro, eso
sí, el habitante que se queda es porque no puede marcharse, que si por él fuera
…<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: black;"><span style="font-family: inherit;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>Caduquez de
Retrocedillo es uno de ellos. Es uno de esos poblados futuros despoblados, en
el que su población reniega de su pueblo, en el que su población, desconfiada
donde las haya, no tiene un amigo que llevarse a la boca, en el que su población
aplaude más el éxito foráneo que el propio.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: black;"><span style="font-family: inherit;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>La población de
Caduquez de Retrocedillo pierde el culo por asistir y amenizar fiestas
patronales y días festivos y de guardar de pueblos y ciudades colindantes. Al
contrario que cualquier otro ser vivo son los únicos que se mueven como pez en
el agua fuera de su hábitat natural. Es allí donde son ellos mismos, sacan lo mejor
de sí. Fuera de su hábitat natural se mimetizan camaleónicamente con los
parroquianos del lugar, asimilando como nadie usos, costumbres y tradiciones
lugareñas. Son uno más, incluso algo más, ya que la machacona asiduidad con la
que visitan el lugar, hace que sean considerados, en algunos casos, hijos
predilectos durante esos días de asueto, debido al desparpajo que muestran en
la convivencia diaria con los vecinos y parroquianos durante esos días. Pero al
llegar las fiestas de su poblado futuro despoblado se marchan de sus casas como
alma que lleva el diablo renegando de dichas fiestas con la impresentable
excusa de que sus niñitos pequeños les dan mucha guerra en los caballitos de la
feria, dejando sus fiestas en manos de emigrantes con poco poder adquisitivo y
de funcionarios que no tienen más remedio (por no decir otra cosa) que estar en
ese poblado futuro despoblado por motivos profesionales.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: black;"><span style="font-family: inherit;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>Caduquez de
Retrocedillo, poblado futuro despoblado, es un poblado palmero. Su población se
mueve por palmas, y no precisamente las del Domingo de Ramos, sino las que da
el regente o regenta (no se enfaden los que “pueden” y<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>“mandan”) a modo de carraca semanasantera,
cuando sale al balcón del ayuntamiento el sábado a las 14:00 horas para
anunciar una desbandada generalizada a las cercas y las lejas hasta la próxima
palmada, que se producirá, Dios mediante y si el regente o la regenta no lo impide
y llega a tiempo de su estipulada desbandada cerquil o playera, a las 7:00
horas del lunes, hora y día señalado para dar comienzo a una nueva semana. Entre
palmotá y palmotá, el poblado futuro despoblado se hermana con cualquier pueblo
polvoriento y desierto propio del far west, teniendo como únicos convecinos las
socarronas y traviesas hojas secas que, cansadas de esperar a ver gente, deciden
bajar a la tierra en busca de algún caduquileño que le haga caso. Tras una
larga e infructuosa búsqueda, deciden arremolinarse todas juntas en cualquier
esquina y esperar a que comience la semana para que el caduquileño encargado de
su custodia decida acudir en su ayuda y las envíe junto a sus hermanas de árbos
y arbusto con el fin de terminar sus días en la más estricta intimidad junto a
su familia vegetal por parte de madre y padre.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: black;"><span style="font-family: inherit;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>La población de
Caduquez de Retrocedillo, poblado futuro despoblado, es hermosona por
naturaleza. Muestran su fisionomía estilizada en agrestes campos descampados,
para que no los vea nadie, o en malecones sin mejillones, mientras degustan
apetitosos bocadillos de mortadela con aceitunas como plato principal del día
festivo, todo ello regado con refresco de cola sin cafeína, sin azúcares
añadidos, sin aditivos y sin botella. Un bote recargable a modo de mechero pretérito
es todo el envase necesario que todo caduquileño necesita para apalcar su
setaza y evitar el nudo esofagil propio del travesamiento del hueso de aceituna
como tercer ingrediente del condumio del bocadillo.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: black;"><span style="font-family: inherit;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>Caduquez de
Retrocedillo es un poblado futuro despoblado que vive intensamente los
preparativos de sus fiestas patronales. Como reniegan de ellas, deciden
descargar todo su furor y fulgor en los preparativos, allá mediados de agosto,
cuando las cuadrillas y peñas comienzan a juntarse en diversos alojamientos turísticos
caduquileños decorados ex-profeso para esos días preparatorios. A partir de la
primera quedada comienzan a resonar risotás y palmás en las espaldas a modo de
fuegos artificiales anunciadores de próximos y escuálidos festejos. Durante
esos días y hasta el día de la fiesta mayor, las tardes caduquileñas se
convierten en un rocío airoso, ventoso más bien, en el que no falta el
compadreo disimulado y la obligada visita a la agencia de viajes en busca de un
descanso merecido después de un año duro y cercado, que no asediado. Como sólo
hay una agencia de viajes, sólo puede ofrecer un destino: un poblado valenciano
limítrofe por saliente con el Mare Nostrum, en el que todos los caduquileños se
juntan al unísono para saludarse, brazo en alto y palmada en homoplato
izquierdo del contrario, lo que no se han saludado durante el año, ya que
estando en tan cercas y tan lejas, no han tenido ocasión de realizar esa acción
salutatoria propia de gente educada y de bien. Es tanta la efusividad
salutatoria que poseen que se está comenzando a poner en marcha una asociación
caduquileña para celebrar las fiestas patronales en ese paraíso marítimo, y
disfrutarlas allí todos juntos, mientras la acción salutatoria se va
produciendo entre todos ellos.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<span style="color: black;"><span style="font-family: inherit;">Caduquez de
Retrocedillo es el paradigma y la envidia de los negocios. Lo<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>que se tarda en abrir cualquier negocio que
se así pueda llamarse, es lo que se tarda en cerrarse, eso sí, después de una
esplendorosa, concurrida, animada y familiar inauguración. Una vez recogidos
los despojos de tan importante evento inicial, el cartel de “Se Traspasa” o “Liquidación
por Cierre” aflora como setas en sus límpios y pulcros escaparates. Terminado
el montaje, comienza el desmontaje, … ¡y a otra rosa, mariposa! Hasta la próxima
inauguración familiar que, Dios mediante, será en la acera de enfrente, para no
andar mucho y no perdernos entre callejuelas desiertas y oscuras. El negocio
que tanta falta hacía ayer, se convierte en un estorbo vecinal y profesional
hoy; lo que ayer era una necesidad imperiosa, hoy es un estorbo indeseable, un forúnculo
loco en el corazón de la muy noble ciudad.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<span style="color: black;"><span style="font-family: inherit;">El deporte
veraniego de los habitantes de Caduquez de Retrocedillo, poblado futuro
despoblado, es terracear, sentarse en una terraza familiares directos y nadie más,
y estar de casquera durante largas y placenteras horas con la mínima consumición
posible y la máxima estancia permitida (hasta cierre) por la noche caduquileña.
Hay que aprovechar el fresquito, argumentan, todos ellos armados y cargados de
razón. Todo ello se desarrolla bajo la atenta mirada del barman y dueño del
local de hostelería que, en posición rígida, piernas espatarrás y manos cogidas
tras la espalda, espera una desesperada mano alzada avisándole de un nuevo
avituallamiento familiar que nunca llega. La parte graciosa de la noche se
produce a la hora de abonar tan espléndida, copiosa y merecida juerga. Cada
comensal aporta su granito de arena económico a título personal, no vaya a ser
que alguien quiera escurrir el bulto e irse sin pagar la consumición de la que
ya tiene la digestión hecha, que para eso los caduquileños son muy suyos, y no
permiten que nadie paque por otro. ¡Esto es lo mío y mío es! ¡Cóbrate de lo mío!
La cara del barman a la hora de cobrar no es precisamente otra parte graciosa
de la noche pero, debido al lío formado con billetes y monedas, los
caduquileños se reconfortan de haberle alegrado la tarde/noche a dicho
empresario. Tienen gran corazón y eso es de agradecer, pero sólo de lunes a
viernes; los fines de semana, si te he visto, no me acuerdo.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<span style="color: black;"><span style="font-family: inherit;">Los habitantes de Caduquez
de Retrocedillo, poblado futuro despublado, provienen de los Cárpatos. Sin
embargo, los descendientes no provienen precisamente de esa zona balcánica y
draculina del este de Europa, sino de un poblado primigenio formado por carpas
de quita y pon donde pasaban noches enteras, hasta el amanecer, ejercitando y
dando brillo a otra de sus grandes cualidades que magnifican su personalidad:
la convivencia vecinal. Dentro de ese recinto amurallado formado por carpas
pertenecientes a clanes y tribus familiares y peñiles, los caduquileños desarrollaban
jornadas nocturnas interminables de convivencia, estrechando lazos entre clanes
y peñas hasta la salida del antiguo dios Rá, momento en el cuál, como si la
descendencia cárpata y draculina aflorara en todo su esplendor, se refugian en
sus habitáculos carpiles hasta el ocaso del astro rey a la espera del comienzo
de otra velada nocturna. De esta manera tan “ocasonal” los caduquileños han ido
forjando esa leyenda y esa personalidad tan propiamente suya que los hace
merecedores de ese calificativo de personas convivenciales, pero solo con
clanes propiamente familiares. A los demás, ¡ que Dios les ampare, imbéciles!<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<span style="color: black;"><span style="font-family: inherit;">La educación vial
de Caduquez de Retrocedillo, poblado futuro despoblado, es otro de los buques
insignia de su poderosa y apabullante personalidad. Los caduquileños desbordan
sentido circulatorio a borbotones. Aparcan donde pueden, donde haya un sitio lo
más cerca posible de su destino; evitan ponerse en peligro al cruzar de una
acera a otra, por lo que utilizan el transporte privado para realizar tan encomiable
acción vial y preservar así su integridad física. Procuran llegar siempre
puntuales a sus citas, por muy tarde que se les haya hecho, por lo que, para
evitar ser unos malquedas, van trepidantes por calles y callejuelas con sus limpios
e involutos automóviles sin atender a otra cosa que al imparable reloj y a la música
ratonera que vomitan las cuatro ventanillas abiertas de su utilitario. Esta última
acción es digna de alabanza dado el interés de un caduquileño en ambientar su
poblado futuro despoblado con música de actualidad aderezada con músicas del
mundo propias del gran mestizaje que enseñorea la sociedad caduquileña.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<span style="color: black;"><span style="font-family: inherit;">En definitiva, Caduquez
de Retrocedillo es el típico poblado futuro despoblado que ha sido asesinado,
por medio de puñalá trapera con nocturnidad y alevosía, por sus habitantes. Ellos
dicen que Caduquez de Retrocedillo no tiene nada, que no hay nada, pero lo
cierto y verdad es que lo han matado entre todos, pero, dicen, él solito se ha
muerto (R.I.P.) o se está muriendo. Son dos puntos de vista diferentes, pero
ambos tan ciertos como el mundo mismo y con el mismo final: poblado futuro
despoblado.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<span style="color: black;"><span style="font-family: inherit;">Los lectores que
hayan tenido a bien llegar hasta estas letras, pueden echar unas lagrimicas
como señal de luto a su pronta y rápida desaparición, evitando con ello una
prolongada e innecesaria agonía que lo único que produce es un dolor agudo de
estómago mientras se produce el querido y necesario final, auspiciado y
provocado por todos los caduquileños.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<span style="color: black;"><span style="font-family: inherit;"> ¡¡Snifff!! ¡¡Snifff!!
¡¡Snifff!! ¡¡Snifff!!
¡¡Snifff!! ¡¡Snifff!!</span><span style="font-family: Bookman Old Style, serif;"><o:p></o:p></span></span></div>
<br />Salomon Templetonhttp://www.blogger.com/profile/07032593806215388449noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6993839089248824728.post-77693145336396702532016-08-08T22:47:00.004+02:002016-08-09T10:21:53.345+02:00DON INO Y LAS VACACIONES<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgYFLSi4AsoBJByb-OZWLJtnEKpYzXS2X_7wwmYy7TWYSYtoLCksE0P3mOEGp6lYDtJ2bDFFyjGkGHZxbVGwNuhKnkO9PFVOWPWy3j8y38kP4yBLSTu-yxgAIYZAMCLBnpYxV_T361Ak4Fl/s1600/LOGOTIPO_INOCENTE_HERVAS_TORRALBA.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgYFLSi4AsoBJByb-OZWLJtnEKpYzXS2X_7wwmYy7TWYSYtoLCksE0P3mOEGp6lYDtJ2bDFFyjGkGHZxbVGwNuhKnkO9PFVOWPWy3j8y38kP4yBLSTu-yxgAIYZAMCLBnpYxV_T361Ak4Fl/s320/LOGOTIPO_INOCENTE_HERVAS_TORRALBA.JPG" width="240" /></a></div>
<div align="center" class="MsoNormal" style="text-align: center;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: "bookman old style" , serif;"> </span><span lang="ES"><span style="font-family: inherit;">Quién no ha visto en verano a un cura,
bien con una camisa gris o bien con una camisa negra, con el cuello abrochado
pegado a la garganta y sellado con la típica tirilla blanca, y no se ha
preguntado cómo puede ese hombre aguantar el calor que hace. Si además es un
cura algo mayor y, como se dice ahora “chapado a la antigua”, lleva su sotana,
la extrañeza y la incomprensión nos invaden y los calificamos como personas
peculiares o singulares en el mejor de los casos. Pero lo cierto y verdad es
que en mi época, la sotana, tanto en invierno como en verano, era una prenda
obligatoria, con calor, con frío, con viento, con lo que fuera. Con frío o con
lo que fuera todavía tenía pase, pero en verano era algo incomprensible. Y la
llevábamos durante todo el verano, porque, a diferencia de ahora, los curas de
mi época no teníamos vacaciones, no disfrutábamos de ese periodo ocioso en el
que una persona dejaba de lado su vida laboral y se dedicaba en pleno a los
placeres mundanos; es ahí, en ese periodo vacacional cuando podríamos habernos
quitado la sotana, pero ni por esas. También es cierto que la vida en mi época
se desarrollaba de otra manera: la casi totalidad de las personas se pasaban el
verano en sus faenas agrícolas o ganaderas, no había tantos hoteles, ni la
playa tenía ese estatus de paraíso terrenal. Sin embargo, lo que era
invariablemente inevitable era el calor sofocante del verano, días larguísimos
de sol machacándonos con calores horribles y noches sudorosas en camas húmedas.
Eso es el verano, para muchos la mejor época del año, la que más les gusta, o
por lo menos eso es lo que dicen.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES"><span style="font-family: inherit;"> Siempre
he estado convencido que el verano no es bueno para las personas, que no les
puede gustar, por mucho que digan que es la mejor época del año. Aguantar
cuatro meses temperaturas de casi treinta y cinco grados día sí, día no, no es
sano, ni bueno, tanto biológicamente como mentalmente. Afirmar que el verano
gusta es confundir las vacaciones, el ocio, la cervecita, la playa y la siesta
(recordamos que España es el país paradigmático de la fiesta, la siesta e
Iniesta) con el calor, con días interminables de sol (demostrado científicamente
que es anti natura para el ser humano), y con noches y noches sin dormir ni
descansar adecuadamente.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES"><span style="font-family: inherit;"> Pero
lo cierto y verdad es que pasamos la mayor parte del año esperando el verano,
reclamándolo con fuerza, pensando, programando y contratando las “merecidas”
vacaciones estivales, aquellas que nos van a sacar de la monotonía del trabajo,
las que van a solucionar todos nuestros problemas de convivencia, las que nos
van a permitir descansar más y mejor, cuando en realidad las vacaciones se
pueden convertir en una trampa mortal para nosotros y para nuestra familia, amén
de los problemas económicos que nos pueden acarrear por haber tirado la casa
por la ventana al contratar ese viaje o estancia fuera de nuestro alcance y
posibilidades, pero con la noble intención de tratar de solucionar problemas
familiares. El resultado, las mayores de la veces, es totalmente el contrario y
terriblemente nefasto.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES"><span style="font-family: inherit;"> Dejando
a un lado aquellos que prefieren menos días de vacaciones en un hotel de costa
pero con la única obligación de comer y beber sin conocimiento, aquellos que
prefieren más días en un apartamento playero con la obligación de seguir
realizando las mismas actividades caseras que en su propia casa pero con la
cesta de la compra disparatada un doscientos por cien por estar donde está, o
aquellos que prefieren una larga estancia en el pueblo (pegar la gorra en
lenguaje coloquial) visitando a familiares que no han visto desde hace casi
cuatro meses (desde Semana Santa más o menos, el que haya ido al pueblo por no
haberse ido al extranjero o a la playa que es lo que mola hoy en día en esa época
del año), lo cierto y verdad es que las vacaciones se convierten en un desafío,
en una auténtica lucha de supervivencia, en un mal humor constante aderezado
con fatiga crónica y explosiones de mal humor. Vamos, flipando en colores.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES"><span style="font-family: inherit;"> Sin
dejar el sofocante y cansino calor, llegan las vacaciones que tanto nos gustan,
y con ellas el primer madrugón del primer día para iniciarlas (¡empezamos
bien!, madrugando más que para ir a trabajar). Cuatro, cinco o seis horas de
coche, sin contar atascos en la salida y en la llegada, y retenciones hasta
llegar donde vamos, sea donde sea. Una vez acoplados en nuestras nuevas
estancias comienza el calvario.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES"><span style="font-family: inherit;"> Independientemente
de donde nos hayamos dejado caer, comenzamos a comer y a beber sin conocimiento,
provocando hinchazones, llameteos estomacales y atascos colonarios y
duodenales, lo que nos obliga a buscar farmacias para adquirir pack’s de 6
unidades de enemas desatascadores, primer alivio de mis grandiosas vacaciones.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES"><span style="font-family: inherit;"> Si
hemos optado por la opción pueblo con familiares y larga estancia, cambiamos
los desatascadores por las tisanas, tila para ser más concreto y no faltar a la
verdad. Garrafas de arroba y media de tila vamos consumiendo hora a hora,
minuto a minuto, sin dejar de chupar ese macarrón que tenemos cosido
permanentemente en la boca en un extremo y con el otro en la garrafa con
ruedecillas que vamos arrastrando constante y penitentemente a modo de botella
de oxígeno vital tranquilizante a medida que nos vaya haciendo falta, cuando
notemos que se han pasado los efectos del trago aspirativo anterior y tenemos
un nuevo episodio de arrebato asesino. Y es que la convivencia con el cuñadito
de turno, los suegros halagadores y hacendosos y los sobrinos importantes hacen
que la estancia en el pueblo deje a un paseo por un campo de minas en una mera
anécdota bélica, en un Camino de Santiago espiritual y renovador. Eso sin
contar las comidas “fresquitas de cuchara”, inventadas por los ancestrales
paisanos del lugar para tratar de evacuar el calor adquirido durante la mañana,
lo que nos provoca verdaderos regueros de sudor y encharcamiento camil mientras
tratas de dormir un rato una siesta casi impuesta, buscando el botijo a tientas
para echar un trago de agua por el lado de la boca donde no tienes cosido el
macarrón tilero y vital.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES"><span style="font-family: inherit;"> La
opción playa tiene dos vertientes: opción hotel u opción apartamento. La opción
hotel es una opción más corta, más tranquila, más sosegada (si es que las
vacaciones son sosegadas) pero también la más cara. Este formato vacacional
tiene como única obligación comer y beber sin conocimiento ni control, con las
consecuencias estomacales y estreñidas ya referidas. Sabes que son pocos días,
y que en ese tiempo tienes que amortizar todo lo que han pedido que tenías que
pagar por esos días de asueto. Si no te atasquizas y envasquizas, llegas a tu
casa con la sensación de haber tirado el dinero, aunque la hinchazón de cara,
manos y pies dice lo contrario. Los próximos siete días, como poco, son de
recuperación, introduciendo frutas por la cavidad superior y peras con agua y
jabón Lagarto (por aquello de la sosa y el aceite usao para que salga más rápido el brazo de gitano) por la cavidad inferior, ya que el dinero que te queda no da para
más, por muy baratos que estén los pack’s de 6 unidades de enemas, y aunque por
el segundo pack sólo pagues la mitad. Los remedios de la abuela quizás sean
nuestra farmacia particular en los próximos meses.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES"><span style="font-family: inherit;"> Con
la opción apartamento de playa la cosa cambia. Estás como en tu casa pero en la
playa. Cocinas, haces la cama, barres, friegas, lavas la vajilla y la ropa
(cada cosa donde corresponda) haces la compra en tiendas de barrio donde un melón
puede llegar a costarte lo que todos los regalos de Reyes juntos para toda la
familia, y, cuando ya parece que no tienes nada que hacer, te vas a la playa,
ese oasis anual merecido en tu vida que te va a permitir sentirte como un auténtico
ser humano.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES"><span style="font-family: inherit;"> Es
muy probable que no tengas que coger el coche para ir a la playa, por lo que te
ahorras el buscar aparcamiento lo más cercano al borde de la playa, pero como
contrapartida tienen que ser ti mismo el portador de los complementos y utensilios
necesarios para disfrutar de tan merecido regalo.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES"><span style="font-family: inherit;"> Tras
un organizado y mental pensamiento para transportar tanta mercancía comienza el
embarco: sombrilla al hombro a modo de fusil, bolsa de palas y pelota en el otro,
sillas plegables en una mano y bolsa playera con tentempiés hipercalóricos en
la otra, triple riñonera en cintura sujetas por las toallas playeras, gafas de
sol negras, sombrero de paja tamaño entre segador y mejicano, y chancletas de
entrededo para levantar arena hasta la altura de la espalda cuando comiences tu
entrada triunfal en la arena, después de pasear garboso esos quinientos u
ochocientos metros que separan la puerta del edificio de tu apartamento de la
arena de la playa (del piso donde te alojas no hablamos porque no hay
ascensor).<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES"><span style="font-family: inherit;"> Como
te ha sido imposible bajar a las cinco de la mañana a coger sitio para plantar
tu sombrilla, la hincas en mitad de la playa, a cien metros de la orilla, allí
donde es imposible ver el agua del mar debido al gentío y las sombrillas
champiñoneras. Una vez realizado el desembarco y edificado el palacete playero,
comienza el desvestimiento y la untada de “pomá” para evitar sarpullidos y
levantamiento de pellicas, terminando en el refrescante baño de agua marina,
con el inevitable placer de descargar vejigas hinchadas después de tan azarosa
y reconfortante mañana. Esto último se puede adivinar por la sonrisilla tipo
postcoital que se te pone durante tan noble e imprescindible acción fisiológica,
amén del espatarramiento y plante quieto solo alterado por el saltito obligado
por la entrada y llegada de olas rompedoras en prominente barriguita cervecera
y estival, siguiente tarea obligada una vez terminado el termal baño y llegada
a nuestro aposento.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES"><span style="font-family: inherit;"> Ataviado
nuevamente con el sombrero seta de paja, gafas de sol negras y cartera
dineraria sujeta entre la barriga y la goma del bañador, tras paseo oteador de
ubres libres de vestidura por la orilla de la playa, llegas al chiringuito más
cercano a por las cervecitas de rigor, bien tiradas (según el camarero) y mejor "sableas" (también por el camarero), lo que te hace olvidar el encanto visual
pretérito para soltar un improperio sobre el precio de la “cebá” este año.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES"><span style="font-family: inherit;"> Cuando
te dispones a ir al hato te das cuenta que te has dejado las chancletas bajo la
sombrilla antisolanera, y, con el fin de no escaldarte las plantas de los pies,
comienzas a correr para llegar lo antes posible. La carrera se convierte en una
lucha entre llegar pronto y mantener la mayor parte del líquido cervecero en
los vasos de plástico; vamos, lo más parecido a una carrera de camareros con
bandeja el día de Santa Marta. Cuando llegas, el poco líquido restante que
queda en los vasos es el “cobete” que anuncia el comienzo de una serie de voces
desencajadas provenientes de la parienta tumbada al sol, vuelta y vuelta, y que
versan sobre el poco interés que pones para hacer cualquier cosa. Falta de afición dicen por ahí; hartura de playa afirmas tú.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES"><span style="font-family: inherit;"> Con
el fin de apaciguar el caldeado ambiente y no dar más motivos de miramientos a
la familia devoradora de files rusos de al lado, la lágrima de cerveza que te
queda en tu vaso se la viertes en el de la parienta, y la setaza que tenías y
que has aumentado con el slalom cervecil, casi te obliga a ir de nuevo al
chiringuito, pero por no ver de nuevo lacara del camarero cuando te ha
respondido por el precio de la “cebá” en longa, te aguantas hasta que llegues
al apartamento, última estación del viacrucis matinal antes de comenzar el
vespertino.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES"><span style="font-family: inherit;"> Cuando
se calcula que ha llegado la hora de marcharse a calentar los macarrones con
tomate que se quedaron hechos allá por las nueve y media de la mañana, comienza
la recolección y montaje de aparataje playil. Sombrilla, paletas y pelota (¡no
se “pa qué” les hemos traído), sillas plegables, bolsa chuchera (ni tocarlas;
bastante he tenido con las voces, que también alimentan), toallas enrolladas y
riñoneras en posición. Chancletas al pie comienza el regreso a casa, levantando
arena a más altura si cabe que en la entrada debido al hundimiento de pies,
propio del cansancio físico y mental.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES"><span style="font-family: inherit;"> El
paseo hasta la puerta del apartamento (de la subida al infierno mejor no
hablamos) es menos garboso que el de ida y más callado; tan sólo se oye ronchar
arena y soltar gargajos arenosos cuales pollos mañanero de fumador empedernío.
Esta tarde más de lo mismo. Y sonreirás levemente pensando que queda un día
menos para volver a tu casa, a tu querida, añorada y deseada casa, jurando y
perjurando que no vas a volver a la playa … hasta el año que viene.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES"><span style="font-family: inherit;"> Otra
opción vacacional es una salida al extranjero: cualquier país del norte o del
centro de Europa, incluso algún destino turístico centroamericano. Esta opción
es la más cara pero también la más arriesgada, sobre todo por el avión. Pero no
por el avión o aparato en sí, sino por todo lo que le rodea: huelga de
controladores, huelga de pilotos, huelga de azafatas, huelga de gasolineros,
cancelación de vuelos, retrasos de vuelos, sillones incómodos para dormir
durante días, aseos sin duchas para asearse durante los días de espera, etc.,
etc. Una semana en Cancún pagada a tocateja en el mes de enero puede
convertirse en cuatro días de ejercicios espirituales en el aeropuerto, dos de
ida, uno de estancia en el hotel y otros dos de vuelta al aeropuerto (hogar,
dulce hogar) y dos días libres menos para Navidad por haberte pasado en días de
vacaciones. La culpa fue del cha-cha-cha, pero sin vacaciones de Navidad te
quedas tú.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES"><span style="font-family: inherit;"> El
atontamiento jetlanguero con el que aterrizas no te hace olvidar el cabreo por
la pérdida de vacaciones en Navidad, por mucho que te mires la pulsera del colorines
del todo incluido del hotel donde no te ha dado tiempo ni de ponerte el bañador
Turbo estilo piel de leopardo para “calentar” el ambiente. Solo tienes en mente
el mojito purgante que te tomaste la única noche que pasaste en el hotel (lo
que te va a evitar la compra del pack de enemas tan celebrado en cualquier tipo
de estilo vacacional), y la obligatoria estancia navideña en el pueblo (con
todas las consecuencias ya aludidas y avisadas con anterioridad) por el exceso
de juerga caribeña que nos has “catao”. Solo pensar que quizás el año que viene
tengas que volver de nuevo a ese mismo sitio en verano para saber de lo que va
la vaína, te dan ganas de quedarte unos días más en el aeropuerto (al fin y al
cabo le acabas tomando cariño después de tantos días acogido en su seno), en
esos sillones y esos baños que tanto cariño les cogiste durante tus ejercicios
espirituales antes de tu idílico destino.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES"><span style="font-family: inherit;"> Hay
más opciones vacacionales, como las Islas Canarias, llamas “la polvaera
nacional” no sé muy bien por qué, o las otros islas, las Balerares, donde
pueden practicas un deporte que los jóvenes ingleses, todo ebrios ellos y con
modales británicos tan característicos en ellos), han puesto de moda: el “balconing”,
que traducido al español significa “piscimortix”.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES"><span style="font-family: inherit;"> Pero
la verdadera opción vacacional, la buena, la válida, es quedarte en tu casa y
hacer lo que te venga en gana, eso sí, sin molestar al prójimo. Descansarás
(incluso el esfínter), pocas alteraciones emocionales, rutina a medias, y salud
dineraria para casi todo el invierno. Para todo lo demás ya habrá tiempo,
siempre y cuando tengas la intención de hacerlo.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES"><span style="font-family: inherit;"> En
mis tiempos quizás fuera más fácil, muchos más en mi caso por la propia idiosincrasia
de mi profesión y mis aficiones. Misa matinal tempranera, mañana histórica
donde correspondiera y tarde chocolatera y rebañadera entre devotas y feligresas,
para terminar con la misa vespertina que marcaba el inicio del descanso
nocturno para un día de mañana calcado al anterior. Quizás fuera más aburrido y
más tedioso, pero era más saludable, sobre todo emocional y económicamente
hablando. Pasaba más calor con la sotana, pero me daban menos “calorás”; daba más
“cabezás” por las siestas, pero tenía menos sobresaltos durante el día. Sólo
salía de mi casa para realizar visitas históricas y pastorales (que no
pastoriles) pero aprovechaba más el día, día gemelo al de ayer y al de mañana,
pero día apacible y placentero.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-size: 12pt;"><span style="font-family: inherit;"> Me gustan las vacaciones,
pero también me gusta el día a día, el “carpe diem”, la disciplina, la monotonía
diaria. Algunos pensarán que yo me lo pierdo, cuando tengo claro que realmente
yo me lo gano, incluso lo gano. Son formas de ver las vacaciones, pero toda
alteración del día a día conlleva unas consecuencias nefastas en la mayoría de
los casos, placenteras en situaciones muy esporádicas.</span></span><br />
<span lang="ES" style="font-size: 12pt;"><span style="font-family: inherit;"><br /></span></span>
<span lang="ES" style="font-size: 12pt;"><span style="font-family: inherit;"><br /></span></span></div>
Salomon Templetonhttp://www.blogger.com/profile/07032593806215388449noreply@blogger.com0