jueves, 9 de abril de 2020

SABÍAS QUE EN SEMANA SANTA ...


SABÍAS QUE EN SEMANA SANTA ...


- La Semana Santa no es igual cada año porque cada persona llega a ella de forma distinta, ya que cada año te han pasado cosas diferentes que hace que no llegues a ella de igual manera que el año anterior.

- La Semana Santa es celebrar la muerte, el conocer qué es lo que no conocemos, qué hay más allá, qué hay después de la muerte.

- La Semana Santa conmemora un doble acontecimiento: Pasión y Resurrección. Se enfrente a la celebración de la paradoja central del cristianismo. Evoca cómo sufrimiento, humillación y derrota habían de convertirse en victoria, redención y gloria, cuya premisa fue precisamente la catástrofe previa: el martirio del justo. La tragedia absoluta se convierte en romance heroico, liberación de la muerte a través de la muerte.

- La conmemoración se enfrente a un dilema: o bien se acentúa la dimensión trágica, el peso de la Pasión, algo que sólo puede lograrse diluyendo la anticipación del triunfo hasta "olvidar" la Resurrección; o bien se orienta hacia esta última, lo que atajaría el lado trágico. Se anticipa un final feliz, o al menos se devalúa la tristeza que lo precede. En el primer caso, se trata de rememorar el sacrificio con verdad, "olvidando" el horizonte de esperanza.

- Mientras la Iglesia sitúa en el centro de la liturgia la "Vigilia Pascual", la vuelta a la luz tras las cuarenta horas de oscuridad, las procesiones se centran, por el contrario, en ese tiempo de tinieblas. Desde la lógica religiosa, el acontecimiento central no es la Pasión, sino la Resurrección ("Y si Cristo no resucitó, vana es entonces nuestra predicación, vana es también nuestra fe". (1 Corintios 15, 14). De ahí que todo el ceremonial se oriente hacia ese momento; el Oficio de Semana Santa no es sino imprescindible preparación para ese momento, para la celebración del milagro, desde la iluminación al uso del espacio, se oriente a la vigilia nocturna en la que se produce el Acontecimiento que cambiaría el destino de la humanidad.

- En las procesiones hay una devaluación paradójica del Domingo de Resurrección. Se subraya el carácter de tragedia, y la imagen de su final venturoso se desdibuja.

- Existe un contraste marcadísimo entre la sobriedad de las ceremonias en el templo y el despliegue visual y sonoro de las procesiones.

SAN JUAN EVANGELISTA Y LA PALMA

San Juan Evangelista. Cuenca.

- San Juan, "discipulo amado", autor de cuarto Evangelio, tres Cartas y el Apocalipsis.

- Pescador de Betsaida, hijo de Zebedeo ¿?, hermano de Santiago, discípulo del Bautista y apodado "Hijo del Trueno". Participó con Pedro y Santiago de los episodios más significativos de la vida de Jesús, y en la Última Cena recostó su cabeza en el pecado de Jesús.

- Estuvo con María "junto a la cruz" (Jn 19, 25-27), y fue testigo, junto a Pedro, del sepulcro vacío: "... vió y creyó." (Jn 29, 8).

- "Junto a la cruz estaban su madre y la hermana de su madre, María, la mujer de Cleofás, y María Magdalena. Jesús viendo a su madre y junto a ella al discípulo amado, a quién amaba, dice a su madre: "Mujer, ahí tienes a tu hijo." Luego dice: "Hijo, ahí tienes a tu madre".

-   Es uno de los tres apóstoles que acompañaron a Jesús en el monte Tabor durante su transfiguración, y en el monte de los Olivos durante su agonía.

- El brazo derecho extendido podría tener dos significados: o bien podría estar apuntando al horizonte, o bien estaría señalando a la Madre Dolorosa que viene tras él.

- El color verde representa la naturaleza, el renacimiento de ésta a la llegada de la primavera. La iconografía cristiana le otorga un significado de renovación espiritual manifestado explicitamente en el Evangelio de San Juan: "No te maravilles de que te dije Os es necesario nacer de nuevo." (Jn 3, 7).

- La palma que sostiene San Juan Evangelista no es la del martirio, sino la que le entregó el Arcángel  Gabriel, el mismo que le dio la noticia de la Anunciación ( también algunos autores hablan de ¿San Miguel?), traída del Paraíso, a la Virgen María el día que le anunció su pronta partida. Dicha palma debía llevarla por delante del ataúd. Ésta, en su lecho de muerte, le confió a San Juan para que llevase ante su féretro en el funeral.

- La Virgen María habló con él y le confió "esta vara de palma para que la lleves delante de mi féretro, pues ésto me ha sido ordenado", y le pidió que tomara el incienso y se pusiera en oración.

- San Juan, en un primer momento, rechaza llevar la palma delante del féretro, "no sea que haya murmuraciones y quejas entre nosotros".

- La palma es la rama del Paraíso, relacionada con la tradición cristiana de la Asunción de la Virgen a los cielos.

- A la muerte de la Virgen María, el primero en llegar fue San Juan, el discípulo predilecto, que estaba predicando en Éfeso.

- San Juan acompaño a María a Éfeso después de la muerte de Jesús, aunque no hay ningún documento que pueda apoyar dicha idea.

- San Juan, junto con la Virgen María, es lo que representa un "Calvario", estando ambos al pie de la cruz, partícipes del drama de la Redención.

- Atributos más característicos de San Juan Evangelista: Águila, la copa del veneno, el caldero de aceite hirviente y la palma del Paraíso.

- El águila le sirve de pupitre para escribir su Evangelio o le presenta un tintero en el pico. También el águila representa el alto valor teológico de sus escritos.

- En el ciclo de los apóstoles tiene como emblema la copa envenenada, de la que escapa el veneno en forma de dragoncillo. Este atributo apareció tardíamente en el siglo XIII. La copa envenenada con frecuencia tiene la forma de un cáliz donde, en lugar del dragón, encima del recipiente se representa una hostia.

- Copa o vaso del que sale una serpiente originado por la tradición cristiana que cuenta cómo el sumo sacerdote del templo de Diana de Éfeso (allí murió la Virgen María) le ofreció una copa envenenada que bebió después de bendecirla, no causándole ningún mal.

San Juan Evangelista. Cuenca.

VIRGEN DE LA SOLEDAD (SOLEDAD DE MARÍA)

                     
     Virgen de la Soledad. Cuenca                         Virgen de la Soledad. Zamora

- Diego Díaz Herrero sostenía que fue el Papa Inocencio en señalar que el sábado era un día dedicado a honrar a la Virgen en recuerdo a los dolores y soledad que sufrió durante la sepultura de su hijo, extremo luego confirmado por el Concilio de Clemont en el año 1069, durante el pontificado de Urbano II, en el cual se concluía señalando que "la razón principal por la que dedicamos esta día (sábado) a la Santísima Virgen, es para acompañar en aquella soledad después de la muerte de Cristo, y para celebrar su constancia en la fe de la Resurrección, cuando esta fe se había extinguido o debilitado tanto casi en todos los discípulos de Jesús".

- A Isabel de Valois, llamada por el pueblo Isabel de la Paz, tercera esposa de Felipe II, se debe el origen del modelo iconográfico más habitual de la Virgen de la Soledad. Fue camarera de esta reina la condesa viuda de Ureña, quién sugirió vestirla tal y cómo lo hacían las viudas del momento: túnica blanca cerrada y larga hasta los pies, tocas blancas al estilo monjil alrededor de la cabeza, y manto negro amplio.

- La devoción a la Virgen de la Soledad de María es típicamente hispana.

- Las cofradías de la Soledad de María están directamente relacionadas con la función del descendimiento y la procesión del Santo Entierro. Estas cofradías realizaban sus actos principales en la tarde-noche del Viernes Santo, clausurando el ciclo de procesiones de Semana Santa a la espera de la Pascua.

- La soledad de la Virgen María concluyó en el mismo momento en que Jesús resucitó.

- Algunos autores consideran que María nunca había dudado de la certeza de la promesa hecha por su Hijo de que a los tres días resucitaría del sepulcro.

Virgen de la Soledad. Cuenca de Campos. Valladolid.


TENEBRARIUM (TENEBRARIO)

Tenebrario o Tenebrarium. El Parral. Segovia

- Durante los tres últimos días de la Semana Santa (Triduo Pascual), ya caída la tarde, se cantaban los salmos acostumbrado en las principales iglesias.

- El Oficio de Tinieblas, Officium Tenebrarum, que no es otra cosa que el canto o  rezo de las horas litúrgicas Maitines y Laudes del Jueves, Viernes y Sábado Santos, trasladados a la víspera, siempre al atardecer, para posibilitar la mayor asistencia de fieles cristianos. Con el cántico de las diversas antífonas, responsorios y salmos, y con las lecturas correspondientes al Triduo Saco, se va recordando la Pasión de Cristo, su agonía y muerte, y sus exequias y sepultura. Y todo ello casi en la casi oscuridad, con tan sólo las velas del tenebrario. Era una celebración destacada de la liturgia oficial, hoy desaparecida, pero antaño con hondo calado social (en algunos pueblos, este oficio de tinieblas se adelantaba a los días anteriores de la semana para distribuir los actos para que no cayeran todos los mismos días).

- Se disponía un candelabro de forma triangular con quince velas (Tenebrario o Tenebrarium) en el presbiterio delante del altar. Los cánticos duraban más de una hora. Al término de cada salmo o lección, cantada en latín, por supuesto, se iban apagando las velas o luces de una en una por riguroso orden: la primera, la más baja del lado del Evangelio; la segunda, la inferior del lado de la Epístola; la tercera, la situada inmediatamente encima de la primera; la cuarta, la contigua a la segunda; ...  y así sucesivamente y alternativamente se iban extinguiendo todas las velas del Tenebrario menos la vela María, la última, que era tapada pero no apagada, porque había que resaltar que, mientras los apóstoles y las mujeres vieron su fe arruinada a la muerte de Jesús, su madre, María, la mantuvo pese a todo; de ahí que no se apagaba, para que volviera a lucir al cabo de un breve tiempo, equivalente, más o menos, al rezo de un Padrenuestro.

- Una vez extinguidas todas las velas, menos la vela María, se continuaba con los seis blandones amarillo que estaban sobre el altar, y con todas las demás lámparas y vela de la iglesia. Cuando el acólito arrodillado en las gradas del altar mayor y con la vela María entre sus manos, iba a esconderla detrás del altar en el mismo lado de la Epístola, fuera del alcance de la mirada del pueblo, la oscuridad se acentuaba en la catedral o en el templo. Expectantes, todos los fieles presentes aguardaban de rodillas a que el sacerdote entonase el "Christus factu est pro nobis obediens usque ad morten". Después escuchaban el sosegado cántico del Miserere: "Darás gozo y alegría a mis oídos, y mis huesos humillados saltarán de contento". Y, finalmente, al escuchar el texto añadido al salmo: "Señor, conózcate justo en tus palabras y venzas cuando juzguen de tí. Fui llevado al Señor oveja a la víctima y no abrió su boca", el mundo parecía venirse abajo, como le vino la muerte a Cristo.

- En ese momento se producía en la iglesia toda clase de ruidos para recordar las tinieblas y el terremoto seguido a la muerte de Cristo. Cientos de matracas, carracas y tablillas quebraban el aire reposado y silencioso de los templos para protestar por el tránsito del Salvador, para estremecerse como se estremeció el universo entero. Este ruido duraba hasta que se destapaba la última vela. La algarabía en el templo a oscuras era una ocasión aprovechada para el jolgorio y la burla.

- Las quince velas es la suma alegórica de los doce apóstoles más las tres Marías. La última, llamada Vela María representa a la Virgen María, cuya fe sobrepasa a la de los apóstoles. También simbólico era el ruido que se hacía en la iglesia, interpretado como las tinieblas que envolvieron la tierra o el estrépito de la cohorte romana. La chiquillería aprovechaba el momento de estrépito para hacer sus bromas: clavar al suelo de madera o bancos las faldas de las mujeres asistentes, o incluso a la rotura de bancos y sillas, pataletas en el suelo, gritos, vocerío. Incluso ocurría que los niños, impacientes por que llegase el final de tanto cántico, tocaban a destiempo sus matracas e incluso se acercaban a apagar las velas antes de tiempo, produciéndose con ello cierta confusión, junto con el enfado del cura y del sacristán.

Tenebrario o Tenebrarium. Siglo XVIII.

- El significado simbólico que tienen los actos de apagar las velas del tenebrario y el ruido que produce al final. Con lo primero se pretende que los cristianos recuerden el abandono de Jesús por sus discípulos y amigos, al tiempo que era atormentado por los judíos. La única vela encendida del final recuerda también a Cristo. El ruido final nos indica las convulsiones y trastornos de la naturaleza en el trance de la muerte del Salvador.

- Las tinieblas, como algunos otros actos litúrgicos, dejaron de celebrarse. En ello pudo influir este desorden durante la celebración, pero tal  vez se debiese a los cambios introducidos posteriormente por la Iglesia en relación con algunas de las prácticas tradicionales.

HECHOS Y PERSONAS DE SEMANA SANTA (no probados canónicamente)

VERONICA

- βερνμκϊ en griego; Bernice o Berenice.

- Personaje de los evangelios apócrifos.

- Es identificada ("Actas de Pilatos" o "Evangelio de Nicodemo, VII) como la mujer con flujo de sangre curada por Jesús (Mt 9, 20-21).

- En "Muerte de Pilatos" aparece como una amiga de Jesús que llevaba muy mal sus ausencias y desea que le hagan un retrato.

- En "Venganza del Salvador", auténtico melodrama, aparece en posesión de un retrato del que es despojada y que trata de recuperar a toda costa, entremezclando su curación anterior con el retrato milagroso. Las dos versiones concluyen en un personaje apreciado por el pueblo, pero de muy dudosa veracidad.

Verónica. Cuenca.
Foto: David Saiz

LONGINOS

- Personaje de leyenda, que no el soldado encargado dela ejecución de Jesús (Jn 19, 34).

- El evangelio apócrifo "Actas de Pilatos, 16" da el nombre de Longinos a este soldado. Más adelante indica que también vigiló el sepulcro, y que después de la resurrección fue a escuchar a Jesús, junto a Prida, la mujer de Pilatos, y echó en cara a los discípulos la resistencia que éstos tenían para creer (Carta de Pilatos a Herodes).

- El "Poema de Mio Cid", versos 352-356, se hace eco de la leyenda de que Longinos era ciego, pero fue curado al frotarse los ojos con la mano manchada de sangre que había goteado de la lanza o por la lanza.

Longinos. Cuenca.
www.jesusamarrado.com

Longinos


MONUMENTO

- Monumento -> "Vulgarmente se toma por el túmulo y aparato que se haze en toda la Yglesia Católica el Jueves y Viernes Santo, donde puesta un arca en forma de sepulcro, se encierra el Santísimo Sacramento, en memoria del sepulcro en que estuvo en aquellos tres días el cuerpo de Nuestro Redemptor Jesu Christo. Pero en rigor, "Monumentum est quid quid os monet, ut tituli, sepulcra, estatue, fama, porticus, thetra, carmina, historiae, documenta, preaedeptiones, sapientum monita, libri et cartera ciusmundi" (Sebastián de Covarrubias. Diccionario, pag. 762. Siglo XVII).

- Està escrita esta definición en un momento en que este elemento gana grandiosidad, se construyen monumento de gran tamaño, auténticos ostensorios eucarísticos que contribuyen a la solemnidad y pompa con la que se realizan los actos religiosos debido al impulso que da el Concilio de Trento a raíz de los ataques que había sufrido la Eucaristía por parte de los protestantes.

- El rito de Monumento consiste, grosso modo, en trasladar el Santísimo Sacramento del altar a un lugar especial que recibe el nombre de Monumento, donde es adorado por los fieles hasta el día siguiente en que será consumido.

- Esta forma de adoración tiene su origen en época paliocristiana, debido a que el Viernes Santo no había consagración; no estaba permitida por considerarse un día alitúrgico centrado en la Cruz.

- Durante los primeros siglos del segundo milenio después de Cristo, la Eucaristía fua adquiriendo una mayor devoción; especialmente tuvo gran arraigo entre el pueblo, pasando a ser guardada den la sacristía de las iglesias a ser depositada en el sagrario del altar mayor.

- También en ese momento se comienza a realizar la elevación de la hostia y el cáliz tras la consagración, así como las exposiciones, y también a raíz de las celebraciones del Jueves Santo nace la festividad y procesión del Corpus Christie.

- Es en ese momento cuando el Monumento de la Semana Santa alcanza verdadero significado, evocando la deposición de Cristo en el Santo Sepulcro, y conectando la devoción eucarística con la Pasión y Muerte.

- El sacerdote consagraba dos hostias el Jueves Santo: una para la comunión de ese día y otra se conservaba hasta la función del Viernes Santo.

- En principio, la reserva se realizaba bajo las dos especies y se guardaban en la arqueta o sagrario donde habitualmente estaba. Es a partir del siglo XI cuando el vino se deja de reservar y comienza entonces un rito que cada vez será más complejo y solemne.

-Tras la Misa in Cena Domini, la hostia que se reservaba para el Viernes Santo se encontraba introducida en un cáliz, el cuál se cubría con la palia y la patena invertida; todo ello se envolvía con un paño blanco de sede que se ataba al cáliz para la procesión.

- Místicamente, el cáliz representaba en la Edad Media el Santo Sepulcro, la palia y la patena la piedra con la que había sido sellado el sepulcro, y el paño blanco con la colonia para atarlo simbolizan la mortaja.

- El Santísimo Sacramento era llevado bajo palio, cuyos varales eran portados por sacerdotes o por las autoridades, ya que se consideraba una forma de honor.

- La procesión recorría el camino más largo en el interior del templo, realizándose en algunos lugares estaciones o paradas y, mientras, se cantaba el "Pange Lingua". A la llegada al monumento se cantaba el "Tantum Ergo Sacramentum" mientras se inciensa el Sacramento. Se introduce en el sagrario o arca y se cierra. Finalmente, el celebrante se cuelga la llave al cuello.

- En algunos lugares, la  llave se cedía al  alcalde o al representante de alguna hermandad o gremio.

- Después de cerrarse el Sagrario, especialmente en los pueblos, se colocaban las varas del alcalde y del juez junto al altar del monumento. El dejar este símbolo de autoridad indica un tiempo de ausencia de poderes en las localidades, lo cual justifica en estos días juegos como las chapas. (¿El juego de las Caras de Calzada de Calatrava (Ciudad Real) tiene su origen en esta ausencia de autoridad al celebrarse en la mañana del Viernes Santo?).


Juego de las chapas

- El Monumento se convierte en una especie de sanctasanctorum, de centro de atención en las iglesias, ya que, después de los oficios de Jueves Santo, se tapaban todos los retablos con cortinas moradas o negras, se retiraban los crucifijos, se despojaban los altares y las campanas callaban o se sustituían por carracas, matracas, tablillas, etc.

- La adoración de Santísimo Sacramento en el Monumento terminaba con la función litúrgica del Viernes Santo, en que era sacado el arca o sagrario para ser consumido por el celebrante.

- Se formaba de nuevo una procesión con la misma pompa que la del Jueves Santo y con el canto del "Vexilla Regis", que es un himno a la Cruz.

- La procesión eucarística del Viernes Santo con la vuelta del Santísimo Sacramento al altar se realiza sin solemnidad por el camino más corto, debido a que no están en consonancia con el carácter de la liturgia de la jornada, que se centra en la Pasión del Señor y en la Cruz.

- A partir del Concilio Vaticano II (1959-1962), el significado del Monumento como sepultura del Señor queda relegado, y se aconseja erradicar todo símbolo que se relacione con ello. Los motivos de meditación han de ser la Eucaristía como memorial de la Muerte y Resurrección de Cristo, el Sacerdocio Ministerial como presencia de Cristo en el Mundo, y el mandato del amor fraterno como respuesta.

- A partir del Concilio Vaticano II (1959-1962) se desplaza del  todo la temática pasionista predominando una temática eucarística, que se manifiesta en una mesa colocada ante el sagrario, cuyo fin es imitar la Última Cena, patos, vasos y alimentos con una simbología apropiada, como las espigas, trozos de pan junto a racimos de uva o un cántaro de vino, además del huevo, símbolo de eternidad. Las velas que se ofrecían al Santísimo Sacramento no han faltado nunca.

- Con el Concilio Vaticano II se recomienda sobriedad y austeridad.


HECHOS DE LA SEMANA SANTA (no probados canónicamente)

- San Gregorio Nacianceno había sostenido que ese lugar cercano al Calvario donde se había refugiado María durante las cuarenta horas que había estado su Hijo sepultado, era propiamente la casa de San Juan, al que había sido confiada pocas horas antes: "Es necesario que te recojas allí, Señora. Como está próxima al sepulcro podrás observarlo todo. Allí permanecerás tranquila todo el día de mañana (sábado y la ley judía prohibía realizar ningún trabajo físico; de ahí la premura de sepultar antes del ocaso el cuerpo de Jesús) y, según el precepto, aguadarás a la oscuridad resplandeciente del día tercero para, en secreto, cumplir con las prácticas acostumbradas."

- No existe unanimidad entre los autores sobre el lugar dónde se retiró María tras la sepultura de su hijo. Así, frente a esta tradición, hay otra que asegura que se recluyó en el Cenáculo junto a Juan y el resto de las mujeres que la acompañaban. Son muchos los autores que sostienen este punto.

- Existe otra tradición según la cual la Virgen María se recluyó en casa de su madre tras la sepultura de Jesús.

- Un relato apócrifo siríaco del siglo V titulado "De transitu Mariae" señalaba que la Virgen no sólo quiso habitar cerca del sepulcro, sino que hasta el fin de su vida en la tierra gustó de peregrinar por los lugares donde había sufrido su Hijo, deteniéndose particularmente en el Calvario y en el Santo Sepulcro. Podemos entrever aquí ya el origen del la leyenda, muy popular entre los siglos medievales, según la cuál, María había la primera persona en recorrer la Viacrucis.

Santo Sepulcro de Jerusalen.

- No hay alusión histórica, sino literaria, cuando Pilatos presenta a las multitudes a Jesús azotado y coronado de espinas (espinas de una planta llamada carbonera) diciendo: "He aquí al Hombre (Ecce Homo)", remedando la escena final y las últimas palabras del corifeo de la tragedia "Edipo Rey" de Sófocles; "He aquí Edipo".



- Pilatos -> único personaje histórico que aparece en el Credo de Constantinopla (381) que no en el de Nicea (326).


martes, 7 de abril de 2020

CUANDO ÉRAMOS FELICES,... NO LO SABÍAMOS,... NO LO SUPIMOS APROVECHAR



CUANDO ÉRAMOS FELICES, …, NO LO SABÍAMOS, … NO LO SUPIMOS APROVECHAR

            Cuando todo parecía que la normalidad anodina volvía a presidir mi vida, que nada ni nadie tendría las suficientes agallas para venir a mí, ¡a mí!, a perturbar mi plácida vida, y sacarme de mi calentita mesa camilla en la que ahora estoy acomodado, con mi brasero de carbonilla al que mi madre sobrasa de cuando en cuando para que no pierda ese calor que me permite permanecer adormecido mientras socializo pantallal y pulgarísticamente con congéneres de mi mismo sector productivo, un bichito diminuto y mudo, sin previo aviso (siempre se ha dicho que no son buenas las mosquitas muertas) y con muy mala leche (lo dicho, no son buenas las mosquitas muertas), viene a mi casa, se planta ante mí y me suelta dos hostias en “toa la cara” diciéndome (¿no era mudo el bichito?) que hora él está aquí, que ya ha llegado, que ahora es él quien manda, que tengo que espabilarme y hacer algo de provecho en la vida (¿qué será eso de provecho? ¿Comer algo y que te siente bien? ¡Pero si no hago otra cosa en todo el día!). ¡Maldita suerte la mía! ¡Ahora que le había pillado el tranquillo a ésto de la tranquilidad y buenos alimentos! ¡No es justo! ¡No es legal! ¡Eso es fascismo! (por decir algo, porque tampoco sé muy bien qué significa fascismo).

            Lo anterior, bien podría ser la más normal de las reacciones de muchísimos (¡no todos!) adolescentes y no adolescentes que, una vez sus familias han paliado y superado como han podido la anterior crisis económica, han vuelto a las andadas acerca de la despreocupación de su futuro, teniendo la certeza que, de momento, no les falta de nada, incluso la comprensión familiar que les permite hacer lo que están haciendo en la vida día a día: nada de nada. Como mucho, están reafirmando su fracaso como personas y como hijos, con el beneplácito y la bendición de sus familias (luego tampoco es tanto fracaso a vista de la familia).

            Desde hace más de mil años, el hombre ha tenido consciencia, no de sí mismo, que ya la tenía, sino de lo importante que son los conocimientos acerca de toda su existencia y de todo lo que le rodea; lo importantes que son los saberes que desconoce, los desconocimientos que sabe que no sabe. Y desde ese tiempo pretérito se ha afanado por irlos descubriendo y aprendiendo. Ello ha permitido, no sin esfuerzo, progresar en la vida, avanzar hacia un futuro lleno de incógnitas pero también lleno de certezas: las mismas que él ha ido descubriendo, sabiéndolas y ofreciéndolas a todo aquel que quisiera aprenderlas con pleno convencimiento. A ese esfuerzo de aprendizaje y comunicación de saberes y descubrimientos, el hombre pretérito le llamó educación, esfuerzo que aún hoy día permanece vigente, pero con mucha menos importancia en la vida personal de lo que nuestros pretéritos le dieron, mucha menos aún entre nuestros adolescentes y jóvenes.


Escuela Tresjuncos (Cuenca)


            Estos viejos antepasados carcamales (como gusta definirlos a los más espabilados) no tuvieron mucha dificultad en darse cuenta que la educación, además de enseñar conocimientos acerca de cualquier faceta relacionada con el hombre y su existencia, no sólo favorecía esta última, sino que era imprescindible para el desarrollo de sí mismo y de todo el conjunto como sociedad (adaptándola cada uno a la que le tocó vivir). Supo ver y entender que la gente que adquiría conocimientos se iba habituando más fácilmente al mundo que le tocaba vivir, comprendiendo mucho mejor la realidad que le rodeaba. Tuvo claro desde un principio que la gente con educación, y además con saberes, adquiría una mayor capacidad de adaptación y de enfrentamiento ante situaciones muy difíciles y complicadas, riesgos asociados, problemas también asociados, y, ¡cómo no!, sobrevenidos.

            Esa capacidad resolutiva de problemas y complicaciones, la mayoría de las veces, no la suelen tener las personas e individuos que tienen escasez educativa por cualquier causa (incluidas las despreciativas hacia ella). Y si esos problemas y complicaciones proceden del mercado productivo, como ya ocurriera no hace mucho tiempo atrás (la memoria histórica es muy desmemoriada), la falta de educación y, por ende, de formación, ha penalizado el puesto de trabajo obtenido para desarrollarse a sí mismo y como componente social del mundo que le rodea. Durante ese tiempo, la educación tuvo la desfachatez de expulsar de la sociedad (no porque no hiciera falta en ella) a muchas personas que habían vivido en un limbo paradisíaco y opíparo, alimentándose de un maná que bien poco le importaba de donde venía, pero que tan bien rico le sabía y le alimentaba sin mucho esfuerzo. Entonces eran felices, todo era maravilloso. Las vacas gordas no paraban de dar leche y ellos no paraban de beberla a tragos grandes, incluso atragantándose.

Cuando el tetamen se secó, todo se vino abajo, y comenzó la penosa travesía por el desierto, donde sólo había fuego en los pies, sudor en la frente y espinas en las manos, pero nada que pudiera poner fin a los sufrimientos o paliar penalidades durante esa triste travesía. Fue entonces cuando se les apareció una luz, los iluminó y supieron ver que antes eran felices y no lo quisieron saber. Pensaban que esa era la vida real, la verdadera vida. Tanta felicidad desbordaba su existencia que cegaba su entendimiento y su razón de ser y de existir. Tuvo que venir un espíritu diabólico para tirarles de las orejas y ponerlos en sus sitio.

Catedral de Santiago de Compostela. (La Coruña)

Como ahora.

Después de un periodo donde las vacas flacas iban nuevamente cogiendo peso, iban nuevamente dando leche (pero sin cacao como antes), y a lo lejos se empezaba a vislumbrar el final del túnel los días que no hubiera niebla o calima, todo se derrumba de nuevo, pero esta vez con mucho más dramatismo y crueldad, ya que no ha habido un preaviso, no ha habido un toque de corneta de retirada aunque fuera en desbandada. Ha sido una explosión traumática que está haciendo prisioneros in posibilidad de conseguir la libertad a cambio de dinero o de otros prisioneros.

Desde la prisión en la que cada uno está cumpliendo su condena (unos prisión de paja, otros de madera y otros de ladrillo) van tomando conciencia poco a poco, día a día, de lo felices que eran antes y no lo sabían, no eran conscientes. Se están comenzando a morder y comer las uñas (primero la de las manos, después la de los pies, más tarde la de sus allegados) acosados por el remordimiento de no haber sabido aprovechar el chupar bien de la teta de la vaca medio flaca medio gorda (según lo quiera haber visto cada uno). Y ello también incluye a su educación, su formación y a ambas cosas de sus hijos y familiares, pero sobre todo la de sus hijos.

El remordimiento y el autoreproche les hace más insufrible e insoportable el encarcelamiento, ya que en vez de ser cómplices del acomodamiento y acojinamiento al que han sometido a sus hijos, deberían haber sido casi unos tiranos y déspotas, obligándoles a formarse y educarse para un futuro llamado “por lo que pudiera pasar”, como así ha sido. Han sido cómplices de una permisividad nunca vista, además de difamar e injuriar una educación donde lo único que pretendía era formar de la mejor forma y manera posible a sus hijos. Han permitido que fueran sus hijos quienes dijeran a sus educadores lo que querían aprender y cómo lo querían aprender, sopena de ser acusados de traidores a su causa. Han permitido que sus hijos pantalleen constantemente convirtiendo en formación, educación y valores, todo lo conseguido y adquirido durante su apantallamiento, olvidando lo esencial para el desarrollo integran y social de la persona. Han permitido que sus hijos fueran capaces de arrinconar a cualquier educador que les pudiera exigir conocimientos y comportamientos que desafíen los suyos, alegando que son comportamientos y conocimientos ofensivos. Han conseguido sacar a relucir su intransigencia y arrogancia cada vez que un educador “atentaba” a la moral de su hijo, dejando al descubierto su forma de entender el mundo, más basada en cimientos de ignorancia que en cimientos de paja. En definitiva, han dejado ser a sus hijos que sean como ellos han querido ser, que hagan lo que han querido hacer, y que digan lo que han querido decir. Han dejado que sean sus hijos los que ellos mismos decidan, ¡con su edad!, lo que quieren o no quieren hacer, con su conocimiento social y con su experiencia. ¡Ahí es nada!

Infierno. San Esteban de Gormaz (Soria)

¿Y ahora qué? ¿Qué hacer?

Ahora que ya se ha reafirmado y consolidado el fracaso educativo de los hijos en el correspondiente centro educativo, ¿qué hacer? ¿Se sigue mirando para otro lado como antes? ¿Se busca un culpable o un cabeza de turco, un varón de dolores que cargue con sus culpas como han hecho siempre los españoles para solucionar un problema? ¿Dónde se busca? ¿Se va a encontrar? Seguro que sí, pero, realmente, no será a quien se busca, porque a quien se busca está dentro de la casa, está dentro de cada uno; otra cosa es que se encuentre o se quiera encontrar, que no siempre eso ocurre, sobre todo por falta de ganas y miedo ante lo que pueda decir y cómo lo diga.

Se podría dedicar el tiempo de encarcelamiento y presidio a buscar, a encontrar, a jugar a adivinanzas y acertijos, pero eso quizás sea una forma de echar balones fuera acerca del verdadero problema que se ha creado alrededor de nuestros hijos: no se ha aprovechado el tiempo de relativa bonanza en educar y formar conveniente y regladamente a nuestros hijos. No lo hemos sabido aprovechar.

Ahora, después de este periodo de confinamiento carcelario, cuando trate paulatinamente volver la libertad a la vida, la situación puede ser aún más dramática que el propio presidio. A la falta de educación y formación y, por qué no decirlo, a falta de trabajo, el remordimiento y el reproche pueden dejar calvo a más de un melenudo por tirarse de los pelos, rabiosos, pensando en la oportunidad perdida cuando eran felices, no lo sabían y tampoco lo supieron aprovechar por desconocimiento al no saberlo, por su descastamiento social y su egoísmo exacerbado o porque simplemente… no quisieron saberlo.




domingo, 5 de abril de 2020

¡VAYA POR DIOS!

¡VAYA POR DIOS!
       
            No son días para pronunciar panegíricos; tampoco para el ensalzamiento, la magnificencia y la loa. Son días tristes para unos, funestos para otros, insoportables para la mayoría, pero días al fin y al cabo. Y como lo que son, debemos aceptarlos, a regañadientes, pero aceptarlos; enfadadísimos por comportamientos incívicos (no me gusta la palabra insolidarios, creo que está demasiado concubinada, simoniada) de personas irresponsables que, además de fraudar, una vez más, a toda una sociedad, han agrandado más un inmenso y desconocido problema con su egoísmo y falta de solidaridad, pero aceptándolos como se puede, como cada uno sabe pero nunca como cada uno quiere, ya que ha sido la vida quien, una vez más, nos ha colocado en nuestro sitio y nos ha dictado lo que tenemos que hacer mientras nosotros nos empeñamos en hacer otras cosas.

            Son muchas las personas, sobre todo las más mayores, que no dejan de preguntarse una y mil veces al cabo de cada infinito día por qué nos está pasando todo esto; por qué Dios lo está permitiendo, por qué lo está tolerando. Ya en su días, cuando el Papa emérito Benedicto XVI visitó el campo de concentración de Aushwitch en 2006, al salir se hizo la misma pregunta, para, después, sentenciar que nunca más se podría hacer poesía después de ver aquello.

            ¿Quién no se ha preguntado alguna vez dónde está Dios cuando el hombre sufre? ¿Dónde está Dios y por qué calle ante el sufrimiento de injusticias y tragedias? Cuando vemos un mundo de violencia, de pobreza, de catástrofes naturales, de pavorosos dolores, seamos crédulos o no, acabamos pensándolo clásico: si Dios existe, espero que tenga una buena razón para permitirlo. Sabemos y somos conscientes que los males está ahí, pero también sabemos (así se recalca en la liturgia de la misa) que Dios es omnipotente, bondadoso y misericordioso. Entonces, ¿por qué no elimina todos los males cuando su omnipotencia y bondad pueden hacerlo? ¿Es porque no quiere? ¿Quiere enseñarnos alguna determinada lección basada en el sufrimiento y en el padecimiento? Si así fuera, ¡vaya por Dios!.

Majestad Batlló

           Comienza la Semana Santa. No de la mejor manera ni de la mejor forma que nos hubiera gustado comenzarla ni vivirla. La imagen de esta Majestad nos muestra a Cristo crucificado con los ojos abiertos. Nos dice que, aunque la muerte está cerca, permaneciendo despiertos lograremos vivir. ¡Ha vencido! ¡Ha ganado! ¿Nosotros?

          En esta Semana Santa, ¡vaya por Dios!