Mostrando entradas con la etiqueta España. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta España. Mostrar todas las entradas

sábado, 14 de marzo de 2009

CURA DE HUMILDAD

Cualquiera que no tuviera nada que ver, económicamente hablando, con asuntos inmobiliarios, lo tenía cada vez más claro: ésto no podía ser, no tenía razón de ser, era imposible que se hiciesen y se necesitasen tantos pisos y casas en España, no había una sólo razón lógica que lo pudiera sostener. La gente era consciente de ello y no podía o no quería hacer nada para evitarlo. Las personas que alzaban la voz en contra de todo este asunto urbanístico eran acusadas de anti patriotismo, envidiosos o cualquier otra cosa, con tal de señalarlos como “antiprogresistaseconómicos”.
El tiempo, sabio donde los haya, ha dado, como siempre, la razón a quién la llevaba y ha puesto a cada uno en su sitio. La crisis en España es más brutal que en cualquier otro país de la comunidad europea debido, en parte, a este desbarajuste inmobiliario. Casas y pisos sin control, en zonas protegidas, en costas protegidas, en zonas verdes protegidas. Se han urbanizado todo tipo de terrenos, se ha construido en cauces y cursos naturales de ríos y afluentes que los agentes atmosféricos se han encargado de recordarnos; en definitiva, cada uno ha hecho lo que ha querido, mejor dicho, lo que le han dejado hacer quienes lo han autorizado, y así nos luce el pelo ahora.
Pero no sólo sobran casas y pisos. También sobran empresas y trabajadores directamente relacionados con este sector, que en muchos casos abandonaron su actividad habitual y clientes habituales para volcarse en esta vorágine monetaria, actitud propia del ser humano, lo queramos o no lo queramos reconocer.
Ahora estamos convalecientes de una tremenda cura de humildad provocada por ambiciosos, avariciosos y prevaricadores. Lo peor es que esta cura de humildad está acarreando demasiados problemas a miles y miles de familias que, culpables o no de esta situación, están padeciendo un doloroso aprendizaje para que, dentro de otros diez o doce años, que es lo que, según los analistas, tarda en repetirse una crisis, hayan aprendido la lección y no vuelvan a tropezar en la misma piedra, aunque un filósofo decía que “ … lo único que el hombre ha aprendido de la historia es que no ha aprendido nada”.