lunes, 29 de junio de 2009

POR QUÉ LOS NIÑOS PEQUEÑOS QUIEREN METER LOS DEDOS EN LOS ENCHUFES, Y COMO EVITARLO

Un consejo práctico para los que tenemos niños pequeños en casa. Lo he encontrado en http://desenchufados.soygik.com/.


Realmente no se a que se debe esa manía, o esa afición de los niños pequeños, pero es ver un enchufe y se dirigen directamente a él. Supongo que será porque les llama la atención, en la pared lisa es algo que esta a su altura, pero que nunca les dejamos tocar.
Pero como muchas veces no podemos estar 100% pendientes de lo que hacen los niños, es necesario usar alguna solución para evitar que ocurran accidentes.
Existen varias soluciones comerciales, como las que os pongo a continuación:


Entre las opciones no comerciales tenemos, por ejemplo, mover los muebles de sitio, o utilizar un sencillo truco, utilizar los tapones de botella para ponerlos en los enchufes, y de ese modo que no pueda existir contacto entre los dedos del niño y las partes eléctricas. Este método solo tiene un problema, que a veces no podemos quitarlos ni nosotros mismos. Usando un boli, (DE PLÁSTICO y sin punta!!!) para quitarlos, se soluciona el problema.


Espero que estos trucos os ayuden, y por supuesto si conocéis algunos más, no dudéis en comentarlos, porque está en juego la seguridad de los pequeños de la casa.

jueves, 25 de junio de 2009

PUERTAS DE MY TOWN

Más portadas; esta vez de my town, que nada tienen que envidiar a las mostradas anteriormente, que no pertenecen a my town.





ROMPER EL ESPEJO

Recuerdo incluso el olor a escuela, a chicos, a tabaco, a caramelillos Saci. El fresco, que no frío, de la escalera realzaba aún más ese olor característico de la humedad en edificios antiguos y viejos. Fue el primer día que iba a la escuela de mayores, a 1º de E.G.B. Allí estaban aquellos muchachos despidiéndose del maestro que tanto les había enseñado en los últimos tres o cuatro años. Se iban a estudiar a un colegio mayor de la capital. Se iban para estudiar una carrera. Algunos tenían claro cuál sería; otros no tanto, pero de igual forma se iban a estudiar para ser un hombre de provecho, que se decía entonces. Algunos repasaban sus últimos ejercicios de matemáticas. Yo estaba embobao ante tanta letra y número imposible de descifrar. Sentía envidia (sana, que se dice ahora) de lo que sabían y de lo que podían llegar a saber. Yo los miraba como quien mira a sus ídolos.

Cuando los veo ahora y recuerdo aquel momento, siento cierta añoranza de aquellos años, pero a la vez siento una gran impotencia viendo como aquellos ídolos se han ido cayendo de forma estrepitosa. No porque no consiguieran ser hombres de provecho, sino porque ahora no son ídolos de nadie, ni ellos, ni su sapiencia, ni su experiencia, ni nada que pueda identificarlos con esfuerzo, sacrificio, familia, trabajo o futuro. Los nuevos ídolos han cambiado. Son aquellos que no saben de nada, viven al día, rechazan el trabajo, adoran el nihilismo y el hedonismo, miran con descrédito a la sociedad, rechazan cualquier consejo que pueda ayudarles, nada de esfuerzos si no ven claro un beneficio a cortísimo plazo.

La gran meta que tiene todo padre que se precie es que sus hijos vivan mejor que han vivido ellos. Estos nuevos ídolos van a tener el honor de ser los primeros hijos que puedan vivir peor que sus padres, que su calidad de vida sea peor que la de sus padres y que los empleos que puedan a llegar a conseguir apenas les den para malvivir. Pero mientras aquellos eran ídolos anónimos, éstos nuevos son el ejemplo a seguir, el espejo en el que se miran la mayoría de los jóvenes de hoy.

Un amigo le decía a otro: “ … mírate al espejo, pero poco a poco, para que no se rompa”. Yo hoy les diría a los jóvenes lo contrario: “ … miraros rápido al espejo para que se rompa”.

miércoles, 24 de junio de 2009

CAMINO A LA MODA

Si hay algo que nos puede diferenciar de los demás es la personalidad y el espíritu crítico hacia nuestro entorno y sociedad. El no dejarnos llevar por lo que es moda, lo que se lleva, lo fashion. Moda es lo que llevo puesto, respondía un viejo profesor a las críticas de sus alumnos cuando éstos le acusaban de ser un anticuado en su manera de vestir, dándoles a entender que él, su persona y pensamientos es la moda, es él mismo. Actualmente, la moda no sólo se ha implantado en la forma de vestir sino que se ha ido inmiscuyendo poco a poco en facetas más personales del ser humano y una de ellas es en la propia religiosidad de las personas.

Ahora que se acercan las vacaciones estivales, cada día son más los que eligen como destino vacacional Santiago de Compostela, la meta final del Camino de Santiago, el Monte do Gozo del peregrino, el Campus Stellae, campo o camino de las estrellas. Hoy en día, esta meta final no es sino un día más en la vida de un simple excursionista que se hace a la carretera o al camino cual senderista disfrutando del paisaje que le rodea. La moda ha hecho que la peregrinación, el sufrimiento, el cansancio, el esfuerzo, el sentimiento religioso, la avidez de cultura, deje paso a una simple excursión placentera de varios días de duración con los amiguetes de turno, olvidándonos del significado real de ese camino, de lo que conlleva hacer el Camino de Santiago. Atrás quedaron los peregrinos que dormían en donde podían –cubiertos o al raso-, sanaban sus heridas en los pies con sólo pensar en el abrazo a Santiago o sacaban fuerzas pensando en el fin del tormento que les había llevado a emprender esta tremenda y, a veces, trágica empresa.

Nuevamente la moda y la falta de personalidad del ser humano se han encargado de desvirtualizar parte de su religiosidad para convertirla en mero instrumento de ocio. Todos tenemos libertad para creer en algo o no creer en nada, libertad de elegir lo que más nos conviene en cada momento. Pero igualmente debemos utilizar esa libertad para no menospreciar y relativizar sobre la libertad de los demás, la de aquellos que eligen hacer un acto de penitencia acorde a sus sentimientos y creencias religiosas. El Camino de Santiago es algo más que una excursión dominguera, es algo más que una moda pasajera. Sus más de mil años le avalan.

martes, 23 de junio de 2009

JETOR JÉTAR XETAR XETOR GÉTOR

Dado que el santuario de la Virgen de la Sierra ha sido lugar de peregrinación desde comienzos de los visigodos, bien pudieron los templarios organizar procesiones a ella e incluso velar armas, pero se trata de un dato que no hemos visto mencionado en ningún texto de los que, hasta el siglo XIX, han recogido tradiciones antiguas (Diccionario de Madoz, Relaciones topográficas, etc.). Por eso no se ha mencionado, ya que se prescinde de incluir “tradiciones” que bien pueden ser modernas.

Si alguien con seguridad rindió culto y devoción a la Virgen de la Sierra, fueron los caballeros calatravos de la encomienda de Jétar, pero de los templarios no tenemos información alguna sobre su posible relación con dicho santuario, lo cual no quiere decir que no ha hubiera.


El texto anterior corresponde a los autores de un libro editado en el año 2008 acerca de una parte de la historia de España, en contestación, via e-mail, a un pregunta que les hice relacionada con ciertos pasajes de su libro que no me habían quedado claro o, simplemente, no estaba de acuerdo con ellos.

Aunque tratan de documentar todas sus afirmaciones y evitar las tradiciones tanto orales como populares, sí que son conscientes de la importancia de esta zona de la Mancha, del santuario de la Virgen de la Sierra y su relación, no tanto con los monjes templarios que habitaran en Calatrava la Vieja, pero sí con los freires calatravos y la encomienda de Jétar (ellos la llaman así).

EL ESTÍO NOS CONFUNDE

No me lo creo. Como suena. No me creo que a la gente le guste el verano. No me creo que a la gente le guste estar en la calle a 40 grados, muchas de las veces a la sombra. Si les gustara el verano se pasarían todo el día disfrutando del calor en plena calle, callejeando como comúnmente se suele decir. Disfrutarían limpiándose el sudor de su frente y no precisamente de trabajar (el sopor, sudor, cansancio, abatimiento se lo impiden). Se levantarían descansados y contentos de haber estado toda la noche gozando de su cama, dando vueltas de un lado para otro sin haber tenido lindos sueños. Se acostarían a la misma hora de siempre, aunque haya luz del día, porque mañana hay que madrugar bastante para ir a trabajar.

No. No les gusta. Les gusta lo que a mí: tener vacaciones, echarse la siesta, sentarse en la puerta de la calle hasta altas horas de la madrugada, refrescarse en las piscinas. Les gusta el aire acondicionado (el abanico está anticuado y te provoca sudores debido al esfuerzo físico). Les gusta quedarse en casa, tumbados a lo fresquito y salir allá por casi la medianoche para irse a la cama bien entrada la madrugada para aprovechar el frescor de la noche, aunque haya que madrugar al día siguiente (para eso se inventaron las siestas). Les gusta la playa y la cervecita en el chiringuito (si no lo quitan antes), livianos de ropa.

Pero eso no indica que les guste el verano. Eso también me gusta a mí y sin embargo no me gusta el verano. Sí que me gusta el invierno y procuro disfrutarlo, estando más tiempo en la calle, por ejemplo, gozando de ese frío que te espabila pronto, nada más salir a la puerta de tu casa. Ese frío que puedes mitigar con una buena pelliza, que se dice, cosa que no puedes hacer con el calor. Porque … cuando tienes frío, te lo puedes quitar añadiéndote ropa, pero cuando tieneS calor no lo puedes aplacar quitándote ropa; tan sólo te fastidias, y bastante fastidiados andamos ya como para añadir otra carga más con la que soportar el día a día.

Definitivamente, creo que alguien que tuviera una varita mágica debería quitar el verano de nuestras vidas. Y como yo, lo cree más gente, cada día más, aunque haya quienes lo confundan con tiempo de ocio y bienestar. Porque eso es otras de las consecuencias desagradables del calor: tiende a ofuscar nuestra conciencia; nos tiende a confundir.