viernes, 15 de mayo de 2009

¿SOY UN HEREJE?

Ya está aquí, ya llegó. Atentos todos al “Omni”, al “Deseado”, al “Resucitaor”, al “Hombre”. Florentino Pérez vuelve y ha hecho oficial su candidatura a la presidencia al Real Madrid. El hombre que rompió el pacto de no agresión con el Barcelona, el hombre que hizo una persona respetable, noble y honorable a Joan Gaspart – que ya es difícil – vuelve para devolver al madridismo lo que hace sólo cuarenta años era un monólogo futbolístico y primera página del NODO.
En su primera intervención admitió que no debió irse del Real Madrid, aunque en la rueda de prensa que ofreció para anunciar su dimisión dijera que “… de donde se iba, normalmente no volvía”. La primera en la frente. Empezamos bien.
Durante su comparecencia ante los medios de comunicación, al ser interpelado por un periodista acerca de los jugadores no nacionales que tiene intención de fichar y que son considerados como de los mejores del mundo, la respuesta de “O Rei” fue un alegato a favor del patriotismo futbolístico (versus Casillas) y una falta de respeto hacia los jugadores nacionales por parte del periodista preguntón. Seguidamente y, en contestación a otra pregunta, respondió que “… no es difícil de Valdano y Zidane estén conmigo”.
O sea, que yo me entere: no es patriotismo fichar jugadores extranjeros pero sí es patriotismo que los máximos responsables de la dirección deportiva del club sean argentino y argelino-francés, respectivamente. O ¿es que Valdano es “gallego” y Zidane “vasco-jacetano-catalán de la occitania septentrional allende los Pirineos”? La segunda en el pecho. Haz lo que yo te diga pero no hagas lo que yo haga.
Los socios madridistas tienen la última palabra. Son los que van a decidir quién va a ser el próximo presidente del Real Madrid. Pero alguien debería recordarles tiempos pasados en que fueron abandonados a su suerte en medio de un camino lleno de bandoleros y maleantes si escrúpulos. Y, de la misma manera que el candidato Pérez reconoce que fue un error el marcharse, los socios deberían sopesar si no sería un error que volviera para que de nuevo se reactive ese pacto de agresión del cual ayer no reconoció que estuviera vigente.
No puedo terminar de santiguarme; tengo demasiado miedo. ¿Seré un hereje?

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