jueves, 26 de marzo de 2009

JETOR JÉTAR XETAR XETOR GÉTOR


Venta del cuadrillero o Casa Blanca y Jétor

El término de Jétar aparece por primera vez como encomienda en las visitas al Campo de Calatrava en 1422. Luis Rafael Villegas Díaz, en su libro “Religiosidad popular y fenómeno repoblador de la Mancha”, al referirse a parroquias y poblamiento, realiza una lectura muy estudiada y pormenorizada de la Concordia de 1245 entre el Arzobispo de Toledo y la Orden de Calatrava, sobre el cobro de diezmos en los dominios de esta Orden. En dicha concordia aparecen todas las parroquias de la comarca calatraveña, entre las cuales se encuentra la de Jétar.

En la Crónica de la Orden de Calatrava (1572) de frey Francisco de Rades de Andrada, se menciona la encomienda de Xetar de los Bodonales en la relación de encomiendas de dicha orden. En tiempos del maestre de Calatrava, frey Pedro Girón, fallecido en 1466, Jétar era una encomienda independiente, quedando tiempo después, por encontrarse casi despoblada, aneja a la encomienda de Daimiel por el Capítulo General de la Orden de Calatrava celebrado en Sevilla en 1511.

Parece que estuvo cerca de la Venta del Cuadrillero.

Óscar Jerez García, en su libro “Arquitectura popular manchega” (p. 239-251) en el apartado de caseríos o cortijos toma como ejemplo el caserío de “Casa Blanca”, como uno de los más complejos de la zona. Según él, fue la “Venta del Cuadrillero”, citada en un pasaje del Quijote y posteriormente sede de un regimiento militar durante las guerras carlistas del siglo XIX.

En la hoja nº 760 del mapa topográfico del Instituto Geográfico aparece como Casa Blanco, Casa Xarrié y estaría localizada en un cruce de caminos muy transitado en el pasado: camino de Flor de Ribera y/o camino de Ciudad Real a Villarrubia de los Ojos con la cañada Labasa o Loboso.
 Casa Blanca o Venta del Cuadrillero

Hay tres caminos que acaban en la venta del Ventorrillo, Casa Blanca, Castillo de Jétor: uno desde Villarrubia, llamado camino del tesorillo; otro desde Fuente el Fresno y otro desde Malagón. Cerca del lugar, a un kilómetro aproximadamente, existía una cueva en la que había varias tinajas algunas habitaciones.

De http://tierradecaballeros.com/ entresacamos los siguientes párrafos:

… Desde el santuario, descenderemos por el carreterín de acceso y, tras cruzar la carretera que va desde Villarrubia a Fuente el Fresno, bajamos por el camino conocido como de los Veladeros o los Volanderos, un antiguo camino que en la edad media comunicaba el castillo de Calatrava la Vieja, junto al Guadiana, con el santuario de la Virgen de la Sierra, y por donde los frailes calatravos se dirigían desde el castillo hasta la ermita a velar sus armas; de ahí el topónimo de Veladores.

En el libro citado anteriormente, Villegas Díaz aclara que varias iglesias parroquiales no estaban en un núcleo de población concentrado, sino que se encontraban dispersos, lo que él denomina “poblamiento en nebulosa”. Pone un ejemplo para destacar el de Jétar: Uno de ellos es Xétar (o Jétar). De él apenas conocemos datos precisos. Conocemos su ubicación a la falda de la sierra en término de Villarrubia de los Ojos, ya en los confines de su término con el de Fuente el Fresno. Pero no ha conservado restos de iglesia de ningún tipo ni de construcción de un hábitat concentrado. Sin embargo se produce una curiosa coincidencia, y es que en sus inmediaciones se encuentra la ermita o santuario de Nuestra Señora de la Sierra. …. ¿Sería demasiado descabellado indicar que probablemente nos encontramos ante un caso de parroquia cuyo centro de culto sea precisamente esa ermita, que tenía un hábitat disperso? ¿Qué lugar de culto, tanto en ese caso como en otros posibles en el territorio, no se encontraba ubicado en un núcleo de población, sino aislado en el espacio?.


Dado que el santuario de la Virgen de la Sierra ha sido lugar de peregrinación desde comienzos de los visigodos (en excavaciones realizadas en el antiguo olivar para su explanación fue hallado un sarcófago y varias tumbas que, según entendidos, eran de origen germánico, lo que demuestra que en la invasión árabe ya había algún tipo de poblamiento), bien pudieron los templarios organizar procesiones a ella e incluso velar armas. Esto último se trataría de meras suposiciones ya que no se menciona en ningún texto de los que, hasta el siglo XIX, han recogido tradiciones antiguas (Diccionario de Madoz, Relaciones topográficas, etc.).

Si alguien con seguridad rindió culto y devoción a la Virgen de la Sierra, fueron los caballeros calatravos de la encomienda de Jétar, pero de los templarios no hay información alguna sobre su posible relación con dicho santuario, lo cual no quiere decir que no ha hubiera.

Continuando con datos de la web http://tierradecaballeros.com seguimos leyendo:

Al principio del camino, junto a la carretera, vemos una mancha de vegetación de monte de encinas, que desciende desde la sierra hacia la llanura entre medias de cultivos. Continuando por este camino, atravesamos el paraje de Jétar, donde hubo un importante enclave habitado en la edad media, con castillo o muralla defensiva, que fue encomienda de la Orden de Calatrava. El camino discurre entre terrenos cultivados de olivos y viñedos, hasta llegar a una antigua bodega, ahora en ruinas.

Bodegas Villegas o Castillo de Jétor

Ahora el camino de los Veladores gira hacia el oeste y, a unos 700 m de la bodega, al llegar a arroyo de Cañada Lobosa, cogemos el camino que se dirige hacia el sureste, paralelo al mencionado arroyo y a una dehesa de gran extensión: la dehesa de Zacatena y Casablanca, la dehesa más importante de la Orden de Calatrava en todos sus dominios. Seguimos por ese camino que nos llevará a Casablanca y, antes de llegar a este caserío, no detendremos en observar un magnífico ejemplar de encina, el de mayores dimensiones de toda la Mancomunidad Tierra de Caballeros y Tablas de Daimiel. Esta encina es conocida con el nombre de la Bellotera. Está al lado del arroyo de la Cañada Lobosa, junto a una alberca de dimensiones colosales. Se localiza a unos 150 metros del camino, muy cerca del caserío de Casablanca. Continuamos por este camino, delimitado por dos hileras de almendros que nos conducen hasta Casablanca, antigua venta del Cuadrillero, donde, según Inocente Hervás y Buendía, se inspiró Miguel de Cervantes para escribir algunos capítulos del Quijote, como aquel en el que Don Quijote de la Mancha cree ver un castillo donde había una venta.

Quintería de Jétar o Jétor

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