jueves, 5 de marzo de 2009

Y ¿… POR QUÉ A MI NO?

Siempre lo he dicho pero, como casi siempre, no se me tomaba en serio. Hoy me ha hecho gracia verlo en tv. Un señor anciano, al ser preguntado sobre lo que opinaba sobre la detención e ingreso en prisión de un alcalde acusado de corrupción urbanística, respondía que, si le hacían eso a ese alcalde, sería por algo y proseguía “… ¿por qué no me han hecho a mí?”.
No tengo ni idea de qué cargos se le imputan, ni a ese ni a ninguna otra persona que se encuentra en su misma situación; no tengo pruebas de que lo haya hecho o lo haya dejado de hacer, ni él ni otros, ni en corrupciones urbanísticas ni en cualquier otro delito de los que diariamente aparecen en los medios de comunicación. Pero de lo que sí estoy seguro es que no es mi nombre el que aparece en dichos medios de comunicación, ni es a mí al que acusan y al que ingresan en prisión (al menos por ahora y por esos motivos –nunca diré este cura no es mi padre-).
Todos tenemos derecho a la presunción de inocencia pero siempre que leo o veo estas noticias, me ocurre como al anciano, me digo “… no sé si será verdad o no lo de este señor/a pero … ¿por qué no soy yo el que está ahí? ¿por qué lo han arrestado e ingresado en prisión? y … ¿por qué a mí no?.

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