viernes, 20 de noviembre de 2009

INMACULADA CONCEPCION III

Justificaciones teológicas y no teológicas

Se basan en unas explicaciones del doctor y sabio Dun Scottto de la Escuela Franciscana, el cuál probó que María sí es Inmaculada, o sea sin mancha del pecado original. Para ello utilizó su famoso argumento Potuit, decuit, ergo fecit: “… ¿A Dios le convenía que su Madre naciera sin mancha del pecado original? Sí, a Dios le convenía que su Madre naciera sin ninguna mancha. Esto es lo más honroso, para Él. … ¿Dios podía hacer que su Madre naciera sin mancha de pecado original? Sí, Dios lo puede todo, y por tanto podía hacer que su Madre naciera sin mancha: Inmaculada. … ¿Lo que a Dios le conviene hacer lo hace? ¿O no lo hace? Sí, lo que a Dios le conviene hacer, lo que Dios ve que es mejor hacerlo, lo hace. Luego para Dios era mejor que su Madre fuera Inmaculada: o sea sin mancha del pecado original. Dios podía hacer que su Madre naciera Inmaculada: sin mancha. Por lo tanto: Dios hizo que María naciera sin mancha del pecado original. Porque Dios cuando sabe que algo es mejor hacerlo, lo hace."(Dicen que este argumento o prueba se le ocurrió al sabio Scotto, al pasar por frente de una estatua de la Virgen y decirle: "Oh Virgen Sacrosanta dadme las palabras propias para hablar bien de Ti"(dignare me laudare te: Virgo Sacrata)).

La fecha del 8 de diciembre fue una fecha escogida al azar, estando relacionada con el 8 de septiembre (cae en medio de Virgo, 23 de agosto – 21 de septiembre), nacimiento o natividad de la Virgen María que se conmemora en la iglesia desde el siglo V. Su concepción sería 9 meses antes, es decir, el 8 de diciembre. De esta misma forma se calcularía la concepción virginal de Jesús, el 25 de marzo, 9 meses antes que su nacimiento, el 25 de diciembre.

Tanto en la concepción de Jesús como la de María se insiste en una concepción sin presencia de varón, siguiendo la línea sucesoria de matriarcado, la Virgen María y Santa Ana, respectivamente. Este matriarcado era la manera en que estaba estructurada la religión en la antigüedad: la Madre Tierra era la dadora de vida, la generadora, la generis matrix. Con la implantación del cristianismo, la Iglesia impulsó e impuso el patriarcado, dejando a un lado a la Madre, a la Virgen. La Inmaculada Concepción, y mucho antes, la controversia que tuvo la iglesia sobre si María era la madre de Dios, Theotokus, o la madre de Cristo, Christotokus, fue la manera que tuvo la iglesia de no olvidar a la Madre, a la Madre Tierra, y de sincretizar su culto, tan arraigado en la religiosidad pagana.

La concepción de María fue preservada por deseo divino de la marca del pecado original. La concepción de Jesús es extraordinaria en lo biológico y en lo espiritual, ya que Dios se salta todas las leyes de la naturaleza. La otra natividad que celebra la Iglesia es la de Juan el Bautista. La concepción de Juan el Bautista es extraordinaria en lo biológico. Sus padres, Zacarías e Isabel, eran muy ancianos cuando Juan nació, pero nació con el pecado original.

En el “Nuevo diccionario de Mariología” de Ediciones Paulinas, en una narración apócrifa titulada De ortu Virginis (sobre el nacimiento de la Virgen) se alude a que la concepción de María en el seno de Santa Ana se produjo el 1º de mayo, fecha mucho más acorde con la consideración tradicional de mayo como el mes de la Virgen María. Aún hoy día, los cismáticos etíopes y los coptos celebran la Natividad de María el 1º de mayo.

Abundando más en la fecha de 1º de mayo para celebrar más propiciamente la fecha de la Natividad de la Virgen, recordar que en países anglosajones se celebra como “Día de la Madre” o “May Day”, enlazándola con la consideración de la Virgen María como madre ejemplar y con la fiesta de Beltayne, festividad celta, que celebra la fertilidad de la Madre Tierra. También celebra el día 1º de febrero Santa Brígida, la “María” de los galeses-celtas y patrona de Irlanda, fiesta “de la luz” que se hace presente como preludio de la primavera.

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