ORÍGENES: EL PÉSAJ O PASCUA JUDÍA
Originariamente, la Pascua
es la fiesta semítica del retorno primaveral de la vegetación, fiesta común a
todas las civilizaciones primitivas y asociadas con la presentación de la
primera gavilla de cereales a los dioses de la naturaleza. Su origen se pierde
en el tiempo, en una antigua institución religiosa anterior a los tiempos de
Moisés y asociada a un pueblo de pastores nómadas a la que se unió otra de
carácter agrícola, la de los ácimos, en la que estaba prohibido el consumo y
posesión de pan o de cualquier otro producto con levadura. La sal esa
sustituida por hierbas amargas que crecen en el desierto, y se debía consumir
todo el cordero que se sacrificaba, actitud propia de pueblos nómadas
dispuestos a continuar su camino el día siguiente.
La Pascua es por tanto la
evolución de una antigua fiesta de primavera de los pastores trashumantes, pero
se piensa que después que los hebreos se convirtieron en sedentarios,
abandonaron su celebración como lo atestigua la ausencia de referencias sobre
la Pascua en los libros sagrados anteriores al exilio.
Se supone generalmente que
su nombre viene de pasah, “pasar” en el sentido de dispensar (Éx 12, 23)[1], aludiendo a que el Señor
pasó por Egipto sacrificando a los primogénitos egipcios y “respetando” las
casas de los israelitas que estaban marcadas con la sangre del cordero que
había sido sacrificado por instrucciones de Moisés. También ese término “paso”
alude al paso del pueblo de la esclavitud de Egipto a la libertad del camino
hacia la tierra prometida, y al paso del pueblo por el Mar Rojo, que Dios había
abierto para que escaparan de los egipcios que los perseguían y que Dios cierra
para ahogar ahí a los soldados y al faraón.
Los hijos de Israel salen de
la servidumbre para entrar en la libertad, y la profusión de leyes que rigen la
celebración de la Pascua tiene por objeto rememorar este hecho. La Pascua que
vivió aquel pueblo anuncia la Pascua definitiva que vivirá Jesús para liberar
al hombre de la esclavitud del pecado.
Paso del Mar Rojo. Los Diez Mandamientos.
Pero para hablar de los
orígenes de la celebración de la Pascua Cristiana necesariamente tenemos que
rememorar la fiesta judía del Pésaj,
ya que no podemos olvidar que los primeros cristianos eran judíos, y, según se
narran en los Evangelios, Jesús llegó a Jerusalén a celebrar con sus discípulos
la pascua judía.
El Pésaj es una
festividad ancestral del pueblo judío que conmemora su salida de Egipto,
relatada en el libro bíblico del Éxodo 12,14-20, y es el hito que marca el
nacimiento del pueblo de Israel como tal. El Libro del Éxodo narra las penurias
que el pueblo de Israel pasaba como esclavo en Egipto y cómo Dios llama a
Moisés para que lo libere, prometiéndole una tierra próspera y fértil que Él
les daría en propiedad si los israelitas decidieran dejar la seguridad y la
esclavitud de Egipto. Después de muchos problemas, los hebreos emprenden el
camino por el desierto hacia la "tierra prometida". Por lo tanto, el
motivo central de la festividad del Pesaj es la libertad (jerut).
Al Pésaj se le conoce
también como la Pascua Judía, cuyas raíces están en la historia de la Torá.
Está marcada por dos acontecimientos de la tradición de los primeros
israelitas: la inmolación de los corderos
en primavera, que corresponde a la época nómada del pueblo de
Israel, y la fiesta de los panes ácimos, conocida también como la fiesta de los
Panes sin Levadura. A estos se fueron
añadiendo otros elementos esenciales en la vida del pueblo de Israel, como la liberación de
Egipto y la Alianza en el Sinaí, y la Pascua se convierte
así, ante todo, en una experiencia de liberación y alianza.
Por tiempos de Ezequías (s.
VII a.C.) se produjo una transformación religiosa que tiene su expresión en el
código legal del Deuteronomio que replantea la Pascua nómada con la antigua
fiesta agrícola de los ázimos. Las novedades del código deuteronómico se
centran en la posibilidad de sacrificar ovejas y ganado vacuno (quizás
resultado de un cambio en la producción ganadera). Dicho código exigía que la
Pascua fuese celebrada en un lugar determinado, permitiendo que pueda cocerse y
trocearse, como lo podía exigir la víctima del sacrificio si fuera un buey. Las
normas de la celebración de la Pascua expuestas en el Éxodo se referían sólo a
los hombres varones, pero en el Deuteronomio se convoca a todo el pueblo sin
distinción. Dichas reglas deuteronómicas tampoco expresaban con recisión en qué
día debía celebrarse la fiesta.
La celebración de la Pascua
Judía o Pésaj dura siete días y su punto culminante es la Cena Pascual (Séder)
donde se recordaba y se celebraba el paso
de Dios, compartiendo los panes ácimos,
el cordero inmolado, el vino de la alianza y las hierbas amargas de la esclavitud pasada.
Realmente, la Última Cena de Jesús con sus apóstoles no es otra cosa que la
celebración del Séder o Cena Pascual durante el Pésaj judío. El propio Jesús,
de origen judío, llegó a Jerusalén para unirse a la celebración de los
israelitas e igualmente se preparó para el ritual de la última cena o Séder[2].
Jesús, celebrando esta “Cena pascual” con
sus discípulos, da origen a la “Pascua cristiana”
La Pascua, tal cómo era celebrada en
tiempos de Jesús se iniciaba con el sacrificio del cordero pascual en el
Templo, al que le seguía el banquete casero. La destrucción del Templo de
Jerusalén por Tito Flavius en el año 70 a. C. imposibilitó que en lo sucesivo
se siguiera sacrificando la víctima, por lo que se continuó celebrando el
banquete pero sin cordero pascual, o al menos sin su sacrificio ritual.
La celebración de la Pascua en
tiempos de Jesús se iniciaba en la noche que va del 13 al 14 de Nisán, o primer
mes de la primavera. El padre de familia buscaba con la ayuda de una vela
restos de pan u otros alimentos que hubieran fermentado con levadura. El
cordero era sacrificado en la tarde del 14 de Nisán. Cada israelita llevaba el
cordero que él mismo sacrificaba, mientras que el sacerdote recogía la sangre
de la víctima y la vertía sobre el altar. Después el sacerdote quemaba los
trozos grasientos del cordero. Terminado este ritual, cada israelita se llevaba
el cordero a su casa, donde lo asaba en una rama de granado.
En las Pascuas celebradas en tiempos
de Cristo ya no era preceptivo llevar la indumentaria de los caminantes, sino
que el banquete se había transformado, adquiriendo las características
greco-romanas, con los comensales sentados, como manifestación de una fiesta de
liberación donde todos los miembros debían comportarse como personas libres.
La fiesta de la Pascua se
inicia, aproximadamente, el 14 del mes de Nisán, coincidiendo con el inicio de
la Semana Santa cristiana, en torno al equinoccio de primavera. Abarca siete
días, y durante la misma queda prohibida la ingestión de alimentos fermentados
y derivados de la harina, llamados en hebreo jametz (la raíz de la
palabra indica “fermentación”). En su lugar, durante la festividad se
acostumbra a comer matzá,
o pan ácimo[3]. Según la tradición, el pueblo judío salió de Egipto con
mucha prisa y sin tiempo de prepararse, por lo que no hubo tiempo para dejar
fermentar la masa con la levadura y cocer el pan para el camino, y de esta
creencia deriva la prohibición de ingerir jametz. En estos días se come pan
ácimo, sin levadura, como señal de humildad; también se toma una copa de vino,
bebida que alegra el corazón.
La salida de Egipto se
rememora todos los años en las dos primeras noches de Pascua, durante la cual
se cena en familia y se lee el Agadá, relato en hebreo del Éxodo según los
textos rabínicos.
En las fechas previas a la Pascua, hay que hacer en las casas y
propiedades judías una meticulosa limpieza para eliminar de utensilios y vestidos
cualquier resto de alimento que contenga levadura, ya que según cuenta la
Biblia, los judíos salieron de Egipto tan deprisa que no hubo tiempo para que
la masa leudara, fermentara con la levadura. Un preciso ritual indica la manera
de proceder con esos alimentos y con los recipientes que los han contenido,
siendo costumbre tener una vajilla especial para usarla sólo en Pascua.
Plato ritual del
Séder durante el Pesaj
El séder tiene como objeto primordial
revivir y hacer comprender a los niños el hecho milagroso de que fueron
protagonistas los antepasados judíos. Por eso el momento culminante es cuando,
casi al comienzo de la Agadá, el más pequeño de la casa (o en
su defecto la mujer) hace la pregunta: "¿Por qué esta noche es diferente
de todas las otras noches?".
Para la cena se prepara un plato en el que se ponen varios
alimentos que deben consumirse en el séder y que simbolizan las
penalidades y sufrimientos de los judíos en Egipto, así como la intervención
milagrosa de Dios a favor de su pueblo; a saber:
·
Tres panes ácimos (masot) puestos uno encima del otro, que son
el símbolo de los tres sectores del pueblo judío: sacerdotes, levitas y el
resto del pueblo.
·
Verduras amargas (maror),
como lechuga, endivia, rábanos picantes, berros, etc., que son el símbolo de la
amargura de la esclavitud.
·
Una pasta (jaróset) hecha con frutos secos, canela,
miel, manzana y vino: recuerda el mortero con que se hicieron las
construcciones para el faraón de Egipto.
·
Un trozo de brazo (zeroa) de cordero, que representa el
brazo tendido de Dios que liberó a los hijos de Israel de la esclavitud.
·
Apio (karpás), la primera hierba amarga, que
se moja en un recipiente con vinagre o agua salada.
·
Un huevo (besá) cocido, comida propia de luto,
que simboliza la fugacidad de lo terreno y alude al dolor por la destrucción
del templo de Jerusalén.
·
Un recipiente con agua salada o vinagre
para mojar el karpás, que recuerda las aguas del mar
Rojo que hubieron de atravesar los israelitas en su huida.
Plato
ritual del Séder con los alimentos a consumir durante la cena.
Durante la celebración, cada uno de los comensales debe tener un Agadá, libro con el relato del Éxodo
que contiene elementos narrativos y folclóricos, y se lee durante la cena; es
en realidad un manual para el séder que contiene el texto hebreo y
frecuentemente se traduce a otras lenguas.
A lo largo de la cena se bendicen y se consumen cuatro copas de
vino, cuyo significado explican la Biblia y el Talmud. Una de ellas se refiere a la
promesa de redención divina a Israel expresada en cuatro verbos en primera
persona (Ex 6, 6-7): "os sacaré, os
libraré, os redimiré, os tomaré". En la Torá se
prevé una quinta copa para el profeta Elías, presente en todas las celebraciones
judías, y que se consumirá si alguien ajeno a la familia se uniese a la
celebración, símbolo de la hospitalidad que debe reinar en todo hogar judío, en
especial en esta celebración.
Celebración del
Séder o cena pascual durante el Pésaj (Pascua judía)
[1] “Porque el Señor
pasará para castigar a Egipto; pero al ver la sangre en el dintel y en los dos
postes, pasará de largo por aquella puerta, y no permitirá que el Exterminador
entre en sus casas para castigarlos”. (Ex 12, 23).
[2] El origen del Séder podría provenir de los simposios
(banquetes) griegos, donde alrededor de una mesa de comida, y recostados en
almohadones, se debatía toda la noche sobre algún tema determinado. Estos
elementos se preservan en el ritual del Séder.
[3] La hostia católica tiene su origen en la matzá.
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