Después
de varios años abandonada esta sección, después de desaparecer las agujetas y
coger fuerzas en las manos y los dedos, retomamos de nuevo esta sección para
vapulear, denostar, decir lo que realmente es o son y apretarles su merecida y
correspondiente “patá en toa la boca” o en sálvese qué parte (según aprete el
asunto) a quién o quienes se lo merecen por sus acciones personales y sociales
atentadoras hacia aquellas buenas personas que están a su merced directa o
indirectamente. Son gente que tienden a culpar de lo malo a todos aquellos que
no piensan cómo lo ellos, que no hacen lo que ellos, que no dicen lo que ellos.
Gente que no conocen su miseria ni saben realmente quienes son hasta que no se
ven en los ojos de los demás, en el espejo de los demás, que realmente no es
sino su propio espejo, su propia realidad. Su propio yo.
Para todas esas personas va dedicada
esta sección, con el tonto ánimo de intentar hacerles cambiar, aunque eso sea
una misión totalmente imposible. Los nuevos inquisidores están cargados de una
verdad que para ellos no es más que una forma de tratar de imponer su voluntad
con una férrea disciplina mitar.
¡Va por ustedes! ¡Va por ellos!
El honor es esta nueva entrada es
…
a el ayuntamiento de Madrid, y por ende, en su
máxima mandataria, a la Sra. Manuela Carmena,
ganadora de las últimas elecciones municipales por un partido nacido, amparado
y solidarizado con aquellos indignados que estaban en contra de la corrupción y
del poder fáctico. Un partido que quería dar voz y visibilidad a esa parte de
la sociedad que se sentía humillada y maltratada por políticos corruptos y
sanguijuelas adineradas, que esquilmaban las arcas públicas y se enriquecían a
costa de ellos.
Pero lejos de representarlos y
favorecer su desarrollo social, el poder (una vez más) les ha perjudicado con
medidas populistas más propias de personajes dictadores que de gobernantes
solicarios.
Si dejamos a un lado todo lo
relacionado con la obra pública, la urbanización de la capital y el problema
del alquiler turístico (tendríamos para una paliza en las quijás más que una
“patá”) y nos fijamos sólo en la parte mínima e ínfima de sus decisiones
relacionadas con el estacionamiento de vehículos en la capital, nos daríamos
cuenta lo alejada que está esta señora y su séquito palmero de esa masa social
indignada a la que ella dijo en su día que representaría.
El aparcamiento de vehículos
particulares en la capital es uno más de los atracos y robos legalizados que
realizan los políticos de nuestro país. Zona azul, zona verde (¿habrá zonas con
todos los colores del arco iris?), qué más dá. Aparcar en Madrid en cualquier zona
coloreada supone un auténtico robo, legal, pero robo. Si a ello le añadimos que
los vehículos no son “ecológicos”, el robo se ve incrementado un 25 %, es
decir, robo y cuarto. ¡Toma ya!.
Independientemente ya del robo o del
impuesto recaudatorio del aparcamiento, esta señora y su séquito palmero
podrían articular medidas para favorecer la
financiación a todas aquellas personas que posean coches “malos” quizás
sea, no por joder el medio ambiente (para eso ya tenemos las industrias,
empresas y fábricas que pululan por todo el territorio mundial pertenecientes a
todos aquellos que nos gobiernan y que pasan a dirigir de forma visible una vez
enriquecidos con la política) sino porque, simple y llanamente, no tienen un
jodido duro para pagar ese coche “bueno”, o que los pequeños y modestos ahorros
que posean los destinan para pagar aparcamientos públicos, hipotecas abusivas,
alquileres vomitivos, terroríficos y asesinos, etc., etc., todo ello favorecido
con la connivencia y beneplácito de sus altezas municipales, las mismas altezas
que sugieren el transporte público para moverse por su ciudad, previo pago,
nuevamente, de otro impuesto municipal como es el transporte público.
¿Es esa la forma de representar a la
ciudadanía indignada y maltratada por los políticos corruptos o es la forma de
demostrar cómo se engaña y se maltrata a quienes en su día confiaron en sus
altezas municipales? ¿A que nunca aparca en la capital porque va en coche
oficial con chofer oficial pagados ambos con dinero “oficial”?
Majestad municipal y palmeros
asociados: miren más por la ciudadanía y sus paisanos y no se fijen tanto en el
medio ambiente y la vida ecológica. Su populismo les delata y los coloca a la
altura propia de monstruitos de mediados del siglo XX. El poder que negaban en
sus campañas electorales lo están utilizando para arrebatar a sus paisanos la
dignidad propia que se merecen tan sólo por ser personas, además de gente de
bien. Los están dejando de lado y “a la buena de Dios”.
Antes de terminar y darles su merecida
“patá en las quijás”, me va a permitir que, humildemente, realice una acción
que ustedes odian a muerte por su propia naturaleza dictatorial: les voy a
sugerir un consejo a modo de nombre para su próxima campaña electoral. Les
propongo que su próxima campaña electoral se llame “Dios le ampare, imbécil”.
Es un nombre que refleja fielmente lo que ustedes, subterfugiamente, hacen con
sus paisanos y todos aquellos que por unos motivos u otros les visitan. Al
mismo tiempo relanzan y dan luz y visibilidad a uno de los mejores humoristas
que ha tenido el municipio que ustedes están esquilmando.
¡Patá en las quijás para todos ustedes!
¡Que también Dios les ampare!
No hay comentarios:
Publicar un comentario